Con ocasión del reciente fallecimiento en la ciudad de Sevilla, el 20 de noviembre pasado, de Dª María del Rosario Cayetana Victoria Alfonsa Fitz-James Stuart y de Silva, 19th Duquesa de Alba y Duquesa de Berwick, nuevamente ha venido a la actualidad coloquial y no sólo de las revistas del corazón, la fantasía ya tradicional de la historia de amor entre la entonces Duquesa de Alba (María Teresa del Pilar Cayetana de Silva) y Francisco de Goya. Una leyenda urbana, todo un mito romántico, que fue desmontado por Dª Manuela Mena junto con la historiadora alemana Gudrun Mühle-Maurer a finales de 2006 o principio de 2007. Tras un estudio de dos años, ambas documentaban una relación entre Goya y la duquesa “más real y rigurosa”. La tesis de Dª Manuela Mena, que compartimos en muchos casos, es que “hay que ver a Goya desde un punto de vista histórico-artístico puro y duro”. Y en otro momento afirma como decía Roberto Longhi, que los historiadores deben tener espíritu crítico y poner en tela de juicio todo. Porque “la Historia del Arte no es ciencia, pero buscamos la verdad, como los científicos”.
Sin embargo quedan dudas más o menos llamativas que el tiempo se encargará de disipar, máxime cuando el mito es tan fuerte y atractivo que en todo momento habrá quien se incline más por la tesis sentimental y popular que por los argumentos documentales y científicos, por concluyentes que puedan ser. Y esto sucede hasta hoy, incluso en la opinión de reputados científicos e historiadores, como relata la misma Gudrun Mühle-Maurer cuando se refiere a su maestro.
La Maja vestida. Oleo/lienzo. 95 x 188 cm. Francisco de Goya.
h. 1802-1805. Museo del Prado. Madrid
El Museo del Prado ha publicado hace unos días un informe en el que se desmiente, una vez más, que la retratada en los famosos cuadros de la Maja desnuda y la Maja vestida fuera precisamente la citada duquesa (tesis que pudo transmitir por escrito en 1843 el escritor francés Louis Viardot, quien afirma que en la Academia de San Fernando –donde se ocultaron las Majas durante todo el siglo XIX – “creían (ya entonces) que representaba a la Duquesa de Alba” ). El Prado, por el contrario, sostiene que la protagonista de las pinturas sea la valenciana Josefa Tudó, condesa de Castillofiel , que a la sazón era la amante de Godoy. El Primer Ministro de Carlos IV, Godoy, fue quien encargó a Goya ambas Majas para su colección personal.
El museo describe que esta condesa: “Había nacido en 1779 en Cádiz y era de origen catalán. Ya en 1797 su presencia era señalada en la corte de España junto a Godoy, quien pidió al poeta Meléndez Valdés, amigo de Goya, que compusiera unos versos en su honor (…) Al morir la condesa de Chinchón –esposa de Godoy-en 1828, la Castillofiel se casó en Roma con Godoy y no pudo volver a España hasta la muerte de Fernando VII, quien sentía por ella un gran desprecio”.
La pregunta, ahora, es quién es la mujer de las Majas, ¿Josefa (Pepita) Tudó o Mª Teresa de Alba?
Retrato de Josefa Tudó. Miniatura. Autor Desconocido
Museo Lázaro Galdiano. Madrid
Igual que ahora Manuela Mena y Gudrun Mühle-Maurer, el primer biógrafo de Goya, el francés Charles Yriarte, en 1867, contradice la tesis del “parecido” entre la Maja y la Duquesa, precisamente, entre otros argumentos, por la falta de parecido. Y paradójicamente (¡) por el parecido preciso entre la Tudó y Las Majas, como muestra la miniatura del Retrato de la condesa de Castillofiel, Josefa Tudó, de autor desconocido, que se conserva en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid
Cineastas como Carlos Saura o Bigas Luna, entre otros, no tuvieron inconveniente en entrar en esta historia y realizar filmes sobre la misma pero, sobre ellos está la figura de otro aragonés más que ilustre: Luis Buñuel. En el otoño de 1926 recibe el encargo –luego fallido- de la Junta Magna del Centenario de Zaragoza, también llamada Junta regional para distinguirla de la nacional, de redactar un scenario o guión literario – y posteriormente una segmentación o desarrollo más técnico- para la realización de un film de episodios sobre Goya. Luis Buñuel, como muy bien relata Gonzalo M. Borrás (1), se lo toma en serio e incluso llega a realizar un viaje a Fuendetodos en 1926 acompañado por miembros de la Junta (probablemente los de la comisión especial, encabezada por Eloy Chóliz y otras personas relevantes de la ciudad).
Insignia del centenario de Goya.
Zaragoza, 1928
Buñuel se documenta sobre la biografía de Goya, y se deja en cierto modo inspirar por Salcedo, por el conde de la Viñaza y por los franceses Charles Yriarte y el imaginativo Matheron, con lo que llega a apostar por una trasnochada biografía romántica de Goya y su apasionada vida; lo cual queda lejos del pensamiento de la Junta. Para Buñuel la duquesa de Alba fue la constante obsesión en la vida de Goya y el tema culminante de su film, pero por circunstancias varias el proyecto cinematográfico fracasa “aunque oficialmente sólo se le adujeran razones económicas”
Hay quienes muestran alegría por dicho fracaso, sobre todo porque de ese modo se impidió que Buñuel pudiera cometer un error en su carrera cinematográfica. Pero también hay quienes, como Nigel Glendinning, se lamentan de que no lo llevase adelante dadas las concomitancias personales existentes entre Buñuel y su tema, compartiendo con Goya su procedencia y entorno aragonés, la sordera y la creencia en la libertad del artista.
Tal y como todavía sucede hoy mismo, a lo largo del siglo XX ha seguido viva esta idea romántica y hasta tal punto ha llegado la disyuntiva que en 1945 el propio duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó –siguiendo una costumbre entonces muy en boga- ordenó exhumar los restos de su antepasada, a fin de demostrar que sus huesos correspondían a la anatomía de La maja desnuda.
Por el contrario, el desde hace unos días nuevo Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo declaró en 2012 que “la Duquesa que pintó Goya hizo institucionalmente mucho daño a la Casa de Alba”
Frente a tantas idas y venidas, tanto postulador de una y otra causa, quizás la siempre erudita y serena Jeannine Baticle (2) nos da el mejor ejemplo al considerar con rigor su conclusión sobre el mismo: la devoradora pasión que los autores románticos le han atribuido, probablemente, sólo existió en su imaginación.
Gonzalo de Diego
(1)Goya : La Duquesa de Alba y Goya: Guión y sinopsis cinematográfica. Instituto de Estudios Turolenses. Colección Luis Buñuel. Teruel, 1992. Introducción de Gonzalo M. Borrás.
(2) Jeannine Baticle, “Goya y la Duquesa de Alba: ¿Qué tal? En Goya. Nuevas Visiones. Homenaje a Enrique Lafuente Ferrari, Madrid, Amigos del Museo del Prado, 1987.
On the occasion of the recent death in Seville, on last 20th November, Mrs. María del Rosario Cayetana Victoria Alfonsa Fitz-James Stuart y de Silva, 19th Duchess of Alba and Duchess of Berwick, again it has come to the colloquial today and not only the social journals, the traditional fantasy of the love affair between the then Duchess of Alba (María Teresa del Pilar Cayetana de Silva) and Francisco de Goya. An urban legend, all a romantic myth, which was dismantled by Mrs. Manuela Mena together with German historian Gudrun Mühle-Maurer at the end of 2006 or beginning of 2007. After a two-year study, both documented a relationship between Goya and the Duchess “more real and rigorous”. The thesis of Mrs. Manuela Mena, who shares in many cases, is that “you must see Goya from a historical-artistic point of view pure and simple”. And in another moment as said Roberto Longhi, that historians should have critical spirit and put into question all it says. Because “The History of Art is not science, but we are looking for the truth, as scientists.”
However there are more or less conspicuous doubts that time will dissipate, especially when the myth is so strong and attractive at all times there will be who tilt is more for the sentimental and popular thesis than by the documentary and scientific arguments by conclusive they may be. And this happens until today, even in the opinion of famous scientists and historians, as says the same Gudrun Mühle-Maurer when referring to his master.
The clothed Maja. Oil on canvas. 95 x 188 cm
Francisco de Goya. Circa 1802-1805. Prado Museum. Madrid
The Prado Museum has published a few days ago a report that refutes, once again, that the portrayed in the famous paintings of ‘The nude Maja’ and ‘The clothed Maja’ was precisely the aforementioned Duchess (thesis that could leave in written in 1843 the French writer Louis Viardot, who says that in the Academia de San Fernando – where the Majas hid during the 19th century – “(even then) believed that it represented the Duchess of Alba”). The Prado, on the other hand, argues that the protagonist of the paintings is the Valencian Josefa Tudó, Countess of Castillofiel, which then was the mistress of Godoy. The Prime Minister of Charles IV, Godoy, was who instructed Goya both Majas for his personal collection.
The museum describes this Countess: “she was born in 1779 in Cadiz and was of Catalan origin. In 1797 her presence was pointed out in the Court of Spain along with Godoy, who asked the poet Meléndez Valdés, a friend of Goya, he composed verses in her honor (…) On the death of the Countess of Chinchón – wife of Godoy-in 1828, the Castillofiel married Godoy in Rome and could not return to Spain until the death of king Fernando VII, who felt a great contempt for her.”
The question is, now, who is the woman of the Majas, Josefa (Pepita) Tudó or María Teresa de Alba?
Portrait of Josefa Tudó. Miniature
Unknown autor. Lázaro Galdiano Museum. Madrid
Like now Manuela Mena and Gudrun Mühle-Maurer, the first biographer of Goya, French Charles Yriarte, in 1867, contradicts the thesis of the “like” between the Maja and the Duchess, precisely, among other arguments, by the lack of resemblance. Paradoxically (!) by the resemblance must be between the Tudó and the Majas, as shown in the thumbnail of the portrait of the Countess of Castillofiel, Josefa Tudó, by an unknown author, which is preserved in the Lázaro Galdiano Museum in Madrid
Filmmakers such as Carlos Saura or Bigas Luna, among others, had no difficulty in entering this story and make films about the same, but above them is the figure of another Aragonese more than illustrious: Luis Buñuel. In the autumn of 1926 receives the order – then failed – from the Magna Board of the centenary of Zaragoza, also called regional board to distinguish it from the national , to write a scenario or literary script – and subsequently a segmentation or developing more technical- for the making of a film of episodes about Goya. Luis Buñuel, as well recounts Gonzalo M. Borrás (1), takes it seriously and even make a trip to Fuendetodos in 1926, accompanied by members of the Board (probably those of the Special Commission, led by Eloy Chóliz and other relevant people from the city).
The Centennial logo of Goya
Zaragoza, 1928
Buñuel is documented on the biography of Goya, and lets himself in a way be inspired by Salcedo, by the count of Viñaza and by the Frenchmen Charles Yriarte and the imaginative Matheron, which comes to bet on a haggard and romantic biography of Goya and his passionate life; which is far from the thinking of the Board. To Buñuel, the Duchess of Alba was constant obsession in life of Goya and the culminating theme of his film, but due to several circumstances film project fails “although officially only be given economic reasons”.
There are those who show joy by this failure, because thereby prevented that Buñuel could commit an error in his film career. But there are also people like Nigel Glendinning, lament that not take forward given the personal similarities existing between Buñuel and his theme, sharing with Goya his origin and Aragonese environment, deafness and the belief in the freedom of the artist.
As it still happens today, throughout the 20th century has continued living this romantic idea and to such an extent has come the dilemma that in 1945 the own Duke of Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó – following a custom then very much in vogue- ordered to exhume the remains of his ancestor, in order to demonstrate her bones correspond to the anatomy of the nude Maja.
On the contrary, since last few days the brand new Duke of Alba, Carlos Fitz-James Stuart and Martínez de Irujo, in 2012 declared that “the Duchess that Goya painted made institutionally much damage to the House of Alba”
With so many comings and goings, both postulator of one or another cause, perhaps the always erudite and serene Jeannine Baticle (2) gives us the best example considering rigorously her conclusion about the same: devouring passion which the romantic authors have attributed to him probably existed only in their imagination.
Gonzalo de Diego
(1)Goya : La Duquesa de Alba y Goya: Guión y sinopsis cinematográfica. (Goya: The Duchess of Alba and Goya: screenplay and film synopsis)
Teruel Studies Institute. Luis Buñuel collection. Teruel, 1992. Introduction of Gonzalo M. Borrás.
(2) Jeannine Baticle, “Goya y la Duquesa de Alba: ¿Qué tal?” (Goya and the Duchess of Alba: What about it?)
In Goya. Nuevas Visiones. Tribute to Enrique Lafuente Ferrari, friends of the Prado Museum, 1987.
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