Blog sobre Francisco de Goya. Espacio de amistad que aglutine a todos aquellos amigos de Goya o de lo que representa Goya, a la manera de un club on line.

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El sueño de la razón produce monstruosThe dream of reason produces monsters

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En un pueblo llamado Codo, justo a 27,2 kilómetros de la casa natal de Francisco de Goya y Lucientes, en Fuendetodos, nació mi abuela materna siglo y pico después de la muerte de aquel. Parece mucho tiempo, pero quizá entre mi abuela y Goya puede haber únicamente unas dos o tres generaciones de diferencia. Pensar en todo ello me hace sentir a Goya no muy lejano.

Junto con mi actividad como pintor, mi vida profesional discurre entre el arte y la Bioneuroemoción.

Bioneuroemoción® es un método científico en el que estudiamos la afección de las emociones en la vida de las personas. Estudiamos nuestro inconsciente personal, el inconsciente familiar y el colectivo-social. Estudiamos cómo afecta todo ello a nuestra mente, a nuestra psique, y por resonancia, a nuestro cuerpo y a nuestras vivencias.

Más que cómo artista, me gustaría dar una visión personal de Goya desde mi actividad profesional de acompañante en Bioneuroemoción. Como pintor, lo que puedo decir es que Goya me maravilla por su genialidad. He observado de cerca sus planchas en la Calcografía Nacional en Madrid, son impresionantes. Se puede apreciar la fuerza de la mano del artista sobre el metal; me emociona. Incluso he podido ver de cerca sus pinturas en los muros de la Cartuja del Aula Dei. También he visto distintas obras suyas en diferentes museos. De todo ello me cautivan sus pinturas negras exhibidas en el museo del Prado.

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Detalle de las pinturas negras.

 

Observo en la obra de Goya los impactos emocionales de la barbarie humana. Con sus imágenes y transcripciones de la realidad de su época, me conmueven las vivencias de la población de entonces. Pienso en ello, y se produce un nudo en el estómago. ¡Cómo somos el género humano! Si reflexiono un poco, quizá lo que más me conmueve es que no hemos cambiado mucho desde entonces, lo cierto es que no hay demasiadas generaciones de diferencia. Seguimos en una misma dinámica. Estamos heredando generación tras generación dicha barbarie, y hombres y mujeres no logramos finalizar con las experiencias traumáticas y dolorosas.

Goya hace consciente el inconsciente de una época. Saca a la luz la sombra humana. La hace presente al ojo del espectador. Da la sensación de que hace uso de una especie de surrealismo pictórico, pero nada más lejos de ello. Pone en relieve la realidad de la España de entonces. Pinta con extremado realismo, o más bien hiperrealismo, la oscuridad pesada del Inconsciente Colectivo –término acuñado por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, quien postuló la existencia de un sustrato común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón-.

En sus retratos, Goya muestra con gran gentileza las actitudes personales y las emociones de quien posa para él. Su paleta y sus pinceles expresan a través de una diestra mano, el ser en esencia. Producto de su alto grado de observación sintetiza con varios brochazos el alma de la persona. Su manera de observar, no deja de ser un arte tan o más sublime que el arte de su mano.

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Goya absorbe en su corporalidad y en su psique lo que tiene delante de sus ojos. Realiza una especie de “acto vomitivo” con el pincel y la pintura. Percibe lo que el ojo no puede ver, lo somatiza y lo traduce en manchas de color.

Fe de ello, son sus pinturas negras. Las realizó tras visitar manicomios, cementerios y hospitales de apestados. Aquí se pone de manifiesto la sombra del hombre y la mujer en un absoluto realismo, incluso la sombra del colectivo del propio país. Absorbió y tradujo con pintura, lo que permanece oculto, lo no dicho, el pecado, el ahogo y el desprecio de hermano a hermano. Los monstruos del sueño de una razón sin razón.

No olvidemos también sus grabados, los desastres de la Guerra: las atrocidades hechas y vividas por hombres y mujeres. Quizá Goya, si no hubiese podido expresar –hablar- con sus grabados y pinturas, lo que sus ojos vieron, la realidad de su vida le hubiera llevado a la locura más intensa. Su rabia vital se expresa en la potencia de los trazos sobre el metal de las planchas de los grabados. Creo imaginar que su sordera fue un recurso de su inconsciente biológico para poder soportar tanto sufrimiento. Hizo oídos sordos a la violencia, a la sin razón, a lo peor que el ser humano puede expresar en el mundo físico. Puede que también hiciera mella en él la indiferencia de la nobleza hacia sus congéneres. No me extrañaría que pudiera comprobar de primera mano esa indiferencia de unos hombres y mujeres “nobles” hacia otros hombres y mujeres de los que únicamente les separaba la escala social; una estupidez de castas que la humanidad inventó no sé cuando. Otra sin razón.

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Al final, su salida de España a Francia parece que alivió la sombra que pudo atormentar su mente y su psique. Sólo hay que apreciar el cambio en su pintura, más dócil, más suave, más suelta, como por ejemplo en el cuadro La lechera de Burdeos.

En mi personal alucinación sobre Goya, veo a un hombre dotado de altas capacidades para el arte y la psicología; un gran ingenio para captar lo profundo de las personas. Es un hombre sensible ante lo humano.

Siguiendo con mi alucinación, creo intuir en su forma de observar, una capacidad psicoanalítica fuera de lo común. Sintonizó, como una antena, con la sombra humana. Tradujo con extrema realidad lo escondido, lo oculto en las mentes del inconsciente. También la belleza.

Cierro los ojos, y aquellos monstruos del sueño de la razón aparecen y se hacen reales hoy en día. Liberar la sombra heredada, liberar una razón sin razón.

Quizá la liberación pueda parecer que queda muy lejos de la esencia del corazón, que es el amor. Me atrevo a decir que no está tan lejos. Hay esperanza. Mientra haya un corazón que bombea, hay una luz de esperanza que ilumina nuestras conciencias con la esencia de lo que ya somos y nunca hemos dejado de ser, pese a la barbarie del ego.

Darle las gracias a Don Francisco por su legado tanto artístico como humano. Por su arrojo y su valentía, por su sinceridad de mostrar aquello que muy pocos se atreven a mostrar: los monstruos de la sin razón.

 

Eduardo Cebollada

foto1_realgoya_oct2014My maternal grandmother was born in a town called Codo, just 27.2 kilometers away of the birthplace of Francisco de Goya y Lucientes, in Fuendetodos, century something after his death. It seems long time, but perhaps between my grandmother and Goya may have only a few two or three generations of difference. Thinking about all this makes me feel Goya not too distant.

Along with my activity as a painter, my professional life runs between art and the Bioneuroemotion.

Bioneuroemotion® is a scientific method in which we study the condition of emotions in people’s lives. We study our personal unconscious, the familiar and social-collective unconscious. We studied how all this affects our mind, our psyche, and in resonance, our body and our experiences.

More than as an artist, I would like to give a personal view of Goya from my professional activity of companion in Bioneuroemotion. As a painter, what I can say is that Goya wonders me for his genius. I have closely observed their plates in the National Chalcography in Madrid, they are impressive. You can see the strength of the artist hand on the metal. This excites me. Even I could see his paintings on the walls of the Charterhouse in Aula Dei (near Zaragoza). I have also seen several of his works in different museums. From all this which captivate me are his black paintings exhibited in the Prado Museum.

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Detail of the black paintings.

 

I see in the work of Goya the emotional impacts of human barbarism. With their images and transcriptions of the reality of his time, touch me the experiences of that time population. I think about it, and there is a knot in my stomach. How is the human race! If I think a bit, perhaps what touch me most is that we have not changed much since then; the truth is that there are not too many generations of difference. We continue in a same dynamics. We are inheriting generation after generation this barbarism, and men and women fail to end with the traumatic and painful experiences.

Goya makes conscious the unconscious for a time. It brings to light the human shadow. Does it present to the eye of the observer. It seems that makes use of a kind of pictorial surrealism, but nothing is further from it. Put in relief the reality of the Spain of the time. He paints with extreme realism, or rather hyper-realism, the heavy darkness of the collective unconscious –a term coined by the Swiss psychiatrist Carl Gustav Jung, who postulated the existence of a substratum common to human beings of all times and places in the world, consisting of primitive symbols that expressed a content of the psyche that is beyond reason-.

In his portraits, Goya shows with great courtesy personal attitudes and emotions of who poses for him. His palette and his brushes expressed through a skilful hand, being in essence. Product of his high degree of observation summarizes with several strokes the soul of the person. His way to observe is no longer an art so or more sublime than the art of his hand.

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Goya absorbs in his physicality and his psyche what has in front of his eyes. He makes a sort of «emetic act» with brush and paint. He sees what the eye cannot see, express and translates it in spot-coloured.

Faith to this is his black paintings. He made them after visiting mental hospitals, cemeteries and extreme penitence and charity hospitals. Here it highlights the shadow of man and woman in an absolute realism, even the shadow of the collective of the country itself. Absorbed and translated with painting, what remain hidden, what is not said, the sin, drowning and contempt for brother to brother. Monsters of a reason dream with no reason.

Let’s not also forget his etchings, Disasters of War: atrocities made and lived by men and women. Perhaps Goya, if had not been able to express -talk- with his engravings and paintings, what his eyes saw, the reality of his life had led him to the more intense insanity. His vital rage is expressed in the power of the strokes on metal plates of the engravings. I imagine that his deafness was their unconscious biological resource to be able to withstand so much suffering. He did turn a deaf ear to violence, to the unreasonably, to the worst that human beings can be expressed in the physical world. It can also do dent in him the indifference of the nobility towards their fellow human beings. It would not surprise me that he could check firsthand that indifference of a few “noble” men and women towards other men and women who only separated them by the social ladder; a stupidity of castes that mankind invented I don’t know when. Another outrage.

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In the end, his departure from Spain to France seems that relieved the shadow that could haunt his mind and psyche. You just have to appreciate the change in his painting, more manageable, softer and looser, as for example in the painting ‘La lechera de Burdeos’ (The milkmaid of Bordeaux).

 

In my personal hallucination about Goya, I see a man endowed with high abilities for art and psychology; a great ingenuity to capture deep in people. He is a man sensitive to the human.

Following my hallucination, I think intuit in his way to observe, a psychoanalytic capacity out of the ordinary. He tuned, like an antenna, with the human shadow. He translated with extreme reality the hidden, unseen in the minds of the unconscious. The beauty too.

I close my eyes, and those monsters of reason dream appear and become real today. Release the inherited shadow; release a reason with no reason.

Perhaps the release may look that is very far from the essence of the heart, which is love. I dare say that it is not so far. There is hope. While there is a heart that pumps, there is a glimmer of hope that illuminates our conscience with the essence of what we are and we have never ceased to be, despite the barbarity of the ego.

I want to thank Don Francisco for his both human and artistic legacy. For his bravery and courage, his sincerity in showing what very few dare to show: the monsters of the outrage.

 

Eduardo Cebollada

Goya y la Fábula (1)Goya and the Fable (1)

La fábula, pequeño relato en verso o en prosa destinado a ilustrar un precepto, constituye todo un género literario cuyas características serían definidas y perfiladas por los griegos, un pueblo que, en opinión de H. Taine, ha pensado tanto, tiene su espíritu tan bien hecho, que sus conjeturas se han encontrado muchas veces con la verdad. Sin embargo el origen de la fábula se remonta a las fábulas mesopotámicas llegadas a Grecia hacia el 2.500 A.C. y posteriormente a la India. Ambas vías, greco-latina e india, constituirán tradiciones que posteriormente contactarán con la Edad Media a través de traducciones árabes.

A pesar de que Esopo pasa por ser el divulgador de la primera colección de fábulas, no nos ha llegado nada de él -incluso su existencia es controvertida- y sus fábulas las conocemos por colecciones posteriores. En todo caso Esopo, a quien la tradición atribuye condición de esclavo de origen frigio, es autor conocido desde muy antiguo y constituye el primer modelo conocido y divulgado. (Julián Gállego dice que) fue primeramente esclavo, luego liberto y muerto por los vecinos de Delfos. Herodoto sitúa su vida entre 570 – 526 a.C. y Aristófanes lo cita como un referente habitual en sus comedias.

De naturaleza ficticia y alegórica, la fábula es un recurso de oradores para lograr la persuasión y no pretende tanto ofrecer un suceso irreal y no creíble, generalmente en el mundo animal, cuanto presentárnoslo por lo que este suceso simboliza a manera de meditación sobre el mundo de los hombres. Intercalada entre géneros como la comedia, por contraposición a la literatura épica, por ejemplo, con el paso del tiempo la fábula, por su formato y su facilidad, servirá a las distintas escuelas filosóficas –estoicos, cínicos- para la educación de los jóvenes, dado su alto valor moralizador y persuasivo. En todo caso, las fábulas de Esopo se caracterizan por la brevedad y la sencillez y se utilizarán, junto con las de Fedro, en materia de enseñanza dentro de una moral laica que esencialmente pretende enfatizar actitudes vigilantes ante la vida.

Así Fedro, en el siglo I, habla de enseñar deleitando:

Duplex libelli dos est: quod risum mouet

et quod prudenti uitam consilio monet

De manera que serán presentadas cumpliendo a la perfección la máxima horaciana del utile dulci, como testimonia el gramático y retórico latino Quintiliano (siglo I) y, ya en la Edad Media europea, muestra un Petrarca complacido al recordar sus primeras experiencias escolares.

Para F. Rodríguez Adrados, en las fabulas “El poderoso se impone, sean cualesquiera las razones del débil (…) Pero el débil puede ser superior en ingenio y triunfar con el engaño o la astucia. Y hay crítica y burla de la vanidad, la tontería, la codicia”. Según esta tesis, se comprende mejor por qué la fábula despierta más o menos interés en determinadas épocas históricas y grupos como los cínicos en la Grecia clásica y, como veremos más adelante, los ilustrados y liberales españoles del XVIII y XIX. Sobre todo habida cuenta de que la fábula, por sus características tan específicas, a pesar de ser utilizada para señalar abreviadamente los vicios humanos y también como método de primer adoctrinamiento escolar, no tiene necesariamente en el mundo infantil a su mejor público, puesto que en muchos casos será vía de procacidad y cinismo y en consecuencia mucho más adecuada para un público adulto.

Velázquez y Esopo

“En la Edad Media………fueron incrementándose paulatinamente las colecciones de fábulas esópicas.(…..) La literatura romance en la Península Ibérica ofrece buen campo para este espíritu fabulístico, y así puede apreciarse, por poner un solo ejemplo, en los varios apólogos insertos en el Libro del buen amor de Juan Ruiz”.

Sin embargo, la fábula como género había sido despreciada, cuando no ninguneada, por los tratadistas literarios hasta bien entrado el siglo XVII. Pero conviene recordar que Velázquez había vivido en el barroco, un período en el que el arte es teatral y artificioso, en el que nada era lo que parecía.

Según López Rey “El empleo de fábulas griegas a lo largo de la vida de Velázquez, hasta el final mismo de su vida, es tan reiterado que, fuera cual fuese la parte correspondiente al capricho del rey, no puede suponerse que estuviera animado fundamentalmente por un sentimiento de ironía y de crítica destructora, como no pocas veces se ha afirmado”.

Felipe IV había reunido en la Torre de la Parada a una serie de grandes artistas, de acuerdo en lo esencial con la creencia de que las gentes de talento no tienen nunca más talento que cuando están juntas. Y a tal fin, lo mismo que Rubens con sus Saturno, Vulcano y Ganímedes adornaban alguna de las estancias, el pintor flamenco Paul de Vos –cuñado de Snyders- también había participado en la decoración de la Torre ilustrando, precisamente, varias fábulas de Esopo, y probando una vez más que la fábula, como consejo o amonestación, sirve tanto para la literatura como para cualquier otra actividad artística.

Para J. Brown es igualmente posible que el Esopo y Menipo fueran la respuesta de Velázquez a otra pareja de lienzos de Rubens, Demócrito y Heráclito, que colgaban en el mismo edificio. Porque en la literatura clásica, Esopo ocupaba un lugar también como crítico de la vida apolínea o cultivada y no solamente como fabulador. Y en el contexto de la residencia de caza de los montes del Pardo, el retrato de Esopo junto con el del cínico Menipo, a su vez despreciador de la gravedad filosófica y exaltador de la sabiduría del hombre corriente, serían como los santos patrones de la vida sencilla.

En conclusión, Julián Gállego apunta que parece plausible que en un pabellón de esparcimiento -por más que la caza fuera un arte regio que preparaba la guerra-, se admitiera una decoración miscelánea en la que la sátira de la cultura antigua, tan evidente en el Siglo de Oro en la literatura como en la pintura, tuviera un lugar adecuado. Porque “si Demócrito, el que se ríe de todo, y Heráclito, el que toma todo como causa de llanto, se prestan a menudo a la sátira española, Esopo, que alecciona a los humanos por su semejanza con las bestias, o Menipo, en su cínica posición, tampoco estaban de más”.

Menipo y Esopo de Velázquez

Menipo Diego Velázquez, 1639 – 1640 Oleo sobre lienzo 179 x 94 cm. Museo del Prado, Madrid, España Esopo Diego Velázquez, 1639 – 1640 Oleo sobre lienzo 179 x 94 cm. Museo del Prado, Madrid, España

Los velazqueños Esopo y Menipo constituyen, por otra parte, característicos tipos pictóricos del siglo XVII en el que, como hará José de Ribera con su Demócrito, emplean a venerables figuras de la Antigüedad vestidas con harapientas ropas del XVII, con objeto de encontrar una forma ingeniosa de compendiar sus temas e ideas esenciales.

Pero él (el vendedor) no podía vestirle ni adecentarle como es debido, pues era un tipo grueso y completamente deforme, así que le vistió con una túnica de arpillera, le ató una tira de tela a la cintura y le colocó entre los dos bellos esclavos.

(De la leyenda biográfica de Esopo en la que se le pone a la venta con otros esclavos).

Finaliza J. Brown su ficha del retrato afirmando que nadie ha superado los resultados que obtuvo Velázquez cuando se acercó a éste especial género. Esopo, hombre de edad avanzada y rostro blando y cansado, lleva en una mano un estropeado libro e introduce la otra en la cintura del amplio paño que le sirve de poco favorecedor vestido. En la parte izquierda del lienzo aparece un cubo con un trozo de cuero que cuelga por fuera del recipiente, discreta referencia a la fábula en que un hombre vecino de una curtiduría acaba aprendiendo a tolerar los nocivos olores del cuero.

Ante un asunto imaginario como el de este lienzo, el pincel de Velázquez remonta el vuelo y transmite una sensación de sólida estructura, pero lo hace mediante unos tenues y nebulosos efectos de luz, de una extraordinaria delicadeza. Los rasgos faciales están conseguidos a base de pinceladas sumamente ligeras, y luego las luces son fragmentos irregulares de empaste de blanco de plomo. En el cabello de Esopo pueden apreciarse breves pinceladas y motas de pintura que le dan ese aspecto de encrespado y tieso.

En definitiva, Velázquez no logra finalmente una obra de la imaginación sobreexcitada, sino de la razón lúcida. Está hecha para durar por sí misma y sin ayuda, como tan genial y acertadamente sabrá captar Francisco de Goya cuando, mucho tiempo después, realice las primorosas reducciones de los cuadros de Velázquez que posee la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País.

Continuará…

Gonzalo de Diego

The fable, short story in verse or in prose to illustrate a precept, is all a literary genre whose characteristics would be defined and profiled by the Greeks, people which, in the opinion of H. Taine, have thought that much, have its spirit so well done, that their guesses have been found many times with the truth. However the origin of the fable goes back to Mesopotamian fables arrived in Greece around 2,500 b.C. and later in India. Both routes, Greco-Roman and Indian, constitute traditions that will subsequently contact the middle ages through Arab translations.

While Aesop passes as the promoter of the first collection of fables, has not reached us nothing of him -even his existence is controversial- and we know his fables by subsequent collections. In any case Aesop, whom tradition attributes the condition of slave of Phrygian origin, is known author since long time ago and is the first model known and reported. (Julián Gállego says that) was first a slave, then freed and dead by the residents of Delphi. Herodotus places his life between 570-526 b.C. and Aristophanes quotes him as a usual reference in his comedies.

Fictitious and allegorical nature, the fable is a resource of speakers to achieve persuasion and not intend to both provide an unreal incident and not credible, usually in the animal world, as show it to us by what this event means in way of meditation about men’s world. Sandwiched between genres as comedy, as opposed to the epic literature, for example, with the pass of time the fable, by its format and its easy, its high moralizing and persuasive value will serve the different philosophical schools -stoical, cynical- for the education of young people, due to its high moralizing and persuasive value. In any case, Aesop’s fables are characterized by brevity and simplicity and will be used, along with the Phaedrus ones, in education within a moral lay that essentially aims to emphasize vigilant attitude towards life.

Thus Phaedrus, in the 1st century, speaks of teaching to delight:

Duplex libelli dos est: quod risum mouet
et quod prudenti uitam consilio monet

So that they will be presented to fulfilling perfectly the Horacian utile dulci maxim, as testifies the Latin grammarian and rhetorician Quintiliano (1st century), and already in the European middle ages, shows a pleased Petrarca when remembering his early school experiences.

For F. Rodríguez Adrados, in fables «the mighty is imposed, are any of the reasons for the weak (…) But the weak may be superior in wit and succeed with deception or cunning. And there is criticism and mockery of vanity, stupidity, greed.» According to this thesis, is best understood why fable awakens more or less interest in certain historical periods and groups such as the cynics in the classical Greece, and, as we will see ahead, the enlightened and liberal Spanish of the 18th and 19th centuries. Especially taking into account that the fable, for its specific characteristics, in spite of being used to designate shortly human vices and also as a method of first school indoctrination, does not necessarily have in children its best public, because in many cases will be via of profanity and cynicism and consequently much more suitable for an adult audience.

 

Velázquez and Aesop

«In the middle ages… collections of aesopic fables (…) were increasing gradually. Romance literature in the Iberian peninsula offers good field for this fabulous spirit, and thus can be seen, to give just an example, at the multiple apologies inserts in the book of the Good Humour by Juan Ruiz»

However, the fable as a genre had been despised, when not ignored, by literary scholars until deep into the 17th century. But it is worth remembering that Velázquez had lived in the Baroque, a period in which the art is theatrical and artificial, in which nothing was what it seemed.

According to López Rey «the use of Greek fables along the life of Velázquez, until the very end of his life, is so repeated that, whatever the part corresponding to the whim of the King was, cannot be supposed was animated primarily by a sense of irony and critical shredder, as not few times has been claimed».

Felipe IV had gathered at the Torre de la Parada a series of great artists, agree in essence with the belief that the people of talent have never more talent than when they are together. And for this purpose, as well as Rubens with his Saturn, Vulcan, and Ganymede adorned some of the rooms, the Flemish painter Paul de Vos -brother-in-law of Snyders- also had participated in the decoration of the Torre, precisely illustrating several fables of Aesop, and proving once more that the fable, as advice or admonishment, serves both for literature and for any other artistic activity.

For J. Brown, it is equally possible that the Aesop and Menippus were Velázquez response to another couple of paintings by Rubens, Democritus and Heraclitus, hanging in the same building. Because in classical literature, Aesop was a place also as a critic of the Apollonian or cultivated life and not only as a storyteller. And in the context of the hunting residence at montes del Pardo, the portrait of Aesop along with the one of the cynic Menippus, at the same time exalting the wisdom and crackle of philosophical gravity of the common man, they would be as the patron saints of the simple life.

In conclusion, Julián Gállego says that seems plausible that in a leisure Pavilion –as much as hunting was a royal art prepared for the war-, was admitted a miscellaneous decoration in which satire of ancient culture, so evident in the Golden Century in literature as in painting, had a right place. Because «If Democritus, who laughs at everything, and Heraclitus, which takes everything as a cause of crying, is often provided to the Spanish satire, Aesop, who instructs humans because of their similarity with beasts, or Menippus, in his cynical position, that worth the effort».

Menipo y Esopo de Velázquez

Menipous Diego Velázquez, 1639 – 1640 Oil on canvas 179 x 94 cm. Prado Museum, Madrid, Spain

Aesop Diego Velázquez, 1639 – 1640 Oil on canvas 179 x 94 cm. Prado Museum, Madrid, Spain

The Velázquez Menippus and Aesop constitute, on the other hand, characteristic pictorial types of 17th century in which, as José de Ribera will do with his Democritus, employ venerable figures of Antiquity dressed in tattered clothes of the 17th, in order to find a clever way to summarize their themes and essential ideas.

But he (the seller) could not dress him nor present him as required, because was a kind of corpulent and completely deformed guy, so she dressed him in a burlap robe, tied a strip of fabric at the waist and placed him between two beautiful slaves

(From the biographical legend of Aesop where is putted on sale with other slaves).

  1. Brown ends his file of the portrait stating that no one has exceeded results that Velázquez scored when he came to this special genre. Aesop, man in advanced age and soft and tired face, carries a damaged book in one hand and introduces the other at the waist of the broad cloth that serves as a little flattering dress.

A cube with a piece of leather that hangs on the outside of the container appears on the left side of the canvas, discreet reference to the fable in which a man neighbour of a tannery just finish learning to tolerate noxious odours from leather.

In front of an imaginary affair as the one of this canvas, the brush of Velázquez back flies and conveys a sense of solid structure, but does so by dim and hazy effects of light, with an extraordinary delicacy. Facial features are achieved with very light strokes, and then the lights are irregular fragments of filling of white lead. In Aesop hair can be seen short brush strokes and paint specks that give this aspect of curled and stiff.

In conclusion, Velázquez fails finally a work of the overexcited imagination, but the lucid reason. Is built to last by itself and without help, as so cool and rightly know to capture Francisco de Goya when, long after, make wonderful cuts of the paintings of Velázquez owned by the Royal Aragonese Economic Society of Friends of the Country.

 

To be continued….

Gonzalo de Diego

Una buena noticiaGreat news

Lo es, sin duda, el anuncio del Museo de Bellas Artes de Boston de que el día 12 de octubre próximo –fiesta nacional de España- inaugurará en su sede una excepcional exposición sobre Goya titulada : “Goya, Orden y desorden” (Order and disorder). La exposición se clausurará el 19 de enero de 2015 y supone la mayor retrospectiva de Goya en USA en los últimos 25 años.

En efecto, como comenté en este mismo blog en julio de 2013, hace exactamente 26 años se presentó públicamente lo que podríamos denominar como antecedente –glorioso- de la exposición que ahora nos anuncian.

En 1984 Eleanor A. Sayre inició y organizó los trabajos preparatorios de la muestra que en espíritu de ejemplar colaboración y ya en 1988 co-dirigió con el profesor Pérez Sánchez, entonces director del Museo del Prado. La magnífica exposición “Goya y el espíritu de la Ilustración”, una exhibición y un catálogo de referencia,  tuvo lugar en el Museo del Prado, Madrid (Octubre-Diciembre), en el Museo de BBAA de Boston (Enero-Marzo 1989) y en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Mayo-Julio 1989). El éxito fue más que notable y su repercusión inolvidable.

Pues bien es ahora otra conservadora del Museo de Boston, doña  Stephanie Loeb Stepanek, quien al frente de un brillante equipo de colaboradores ha venido trabajando en la muestra que podremos contemplar a partir de octubre, si tenemos la fortuna de poder viajar a Boston. Gran noticia que desde la ciudad de Goya, a casi 6.000 km. de distancia, vemos con admiración y entusiasmo; sólo por el título elegido, alrededor del orden y el desorden de la creatividad de nuestro paisano, paladeamos un acontecimiento museal que se intuye con claridad como inteligente, atractivo, interesante y retador al mismo tiempo. Sólo esa mención, y la información complementaria, estimula sobradamente nuestra capacidad estética anticipatoria, la capacidad de la imaginación: la gran virtud, o vicio, que André Breton había aprendido de las páginas de Sade: “Querida imaginación, lo que amo sobre todo en ti es que tú no perdonas”.

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Desde la patria de Goya la exposición se adivina como todo un reto. Un asunto que sin duda ha tenido que obligar la agudeza y el trabajo tanto de la señora Loeb Stepanek, de apellido con notables resonancias checas, como de Frederick Ilchman y Janis A. Tomlinson, con contribuciones, entre otros, de Manuela B. Mena y de Gudrun Maurer.  El Museo anuncia que el discurso de la exposición, y del catálogo-libro, seguirá criterios temáticos innovadores, lo cual es muy de agradecer, y ya nos tiene impacientes a casi tres meses vista. Impaciencia en cierto modo premonitoria porque he de rogar al lector que me permita ahora, brevemente, hablar de algo que aunque parezca no tener relación, la tiene. Y mucha. Los franceses, que de eso saben bastante, hablan de que a la hora de comer en un restaurante en el que entramos por primera vez, en una sencilla casa de comidas o en un domicilio particular, por pura intuición sabemos cuándo vamos a comer bien. Es lo que en alta gastronomía se conoce como el efecto umbral que conocen, y dominan, los verdaderos «maître d’hôtel», capaces de calibrar al cliente desde el instante mismo de la entrada al comedor y que les permite, en un instante, hacerse una idea y, a continuación, anticiparse a los deseos del cliente. Ese mismo efecto umbral yo creo que también existe en el caso de las exposiciones, sobre todo en las exquisitas, en las que suponen un avance y son por ello especialmente paladeadas por los gourmands del arte.

Dejemos la aparente digresión y volvamos al asunto:  Muy de vez en cuando, porque no puede ser de otra manera, tenemos ocasión de que algunos de los grandes museos del mundo –como ejemplarmente lo son en materia de Goya el del Prado en Madrid y el de Bellas Artes de Boston- nos ofrezcan exposiciones ejemplares que inmediatamente se convierten en el renovado canon con el que aumentar todo el conocimiento que tenemos sobre este inmenso artista. Es el caso, afortunado, de la muestra que nos anuncian. Estamos seguros de ello. Más de 160 piezas en exposición, entre pinturas, estampas y dibujos fechados entre 1770 y 1828 y algunas de ellas nunca vistas en Boston, procedentes también del Louvre, Galleria degli Uffizi, Metropolitan, National Gallery y numerosas colecciones privadas.

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Ultima comunión de san José de Calasanz. Oleo /lienzo. 250 x 180 cms. Museo Calasancio. Madrid

Para mí es igualmente muy satisfactorio saber que en tan excelente exhibición figurará el soberbio lienzo de La Ultima Comunión de San José de Calasanz, al que me he referido in extenso en el ensayo Goya al límite que puede leerse gratuitamente en la tienda de Apple ibook store, así como en la web www.realgoya.com . Creo que es una pieza capital, importantísima en la carrera de Goya, una auténtica obra maestra y su elección supone uno de los hitos de esta exposición y un gran acierto del Museo de Bellas Artes de Boston solicitando su préstamo al Museo Calasancio de Madrid. Un cuadro que permitirá a los visitantes de la exposición apreciar la prodigiosa potencia pictórica de Goya en un año clave de su vida, 1819, en el que también pintaría las famosísimas pinturas negras, con un registro completamente distinto. Prodigio de versatilidad conceptual y demostración pedagógicamente impecable de lo que era Goya y cómo se expresaba ante sí mismo y ante el mundo. Esta exposición facilita todo ello con largueza. Gran noticia.

Gonzalo de DiegoIt is, without any doubt, the announcement that the Museum of Fine Arts of Boston that next October 12th -national day of Spain- will open at its facilities an exceptional exhibition of Goya entitled: ‘Goya, Order and Disorder’. The exhibition will close on 19th January 2015 and is the largest retrospective of Goya in the USA for the last 25 years.

Indeed, as I mentioned in this blog in July 2013, exactly 26 years ago was presented publicly what we could call a -glorious- history of the exhibition that now has been announced to us.

In 1984, Eleanor A. Sayre initiated and organized the preparatory work for the shows in spirit of exemplary cooperation, and already in 1988 co-directed with Professor Pérez Sánchez, who was then Director of the Prado Museum, the magnificent exhibition of ‘Goya and the Spirit of the Illustration’, a reference exhibition and catalogue, which took place at the Prado Museum, Madrid (October-December), at the Museum of Fine Arts in Boston (January-March 1989) and at the Metropolitan Museum of Arts in New York (May-July 1989).  Success was more than remarkable and its impact unforgettable.

Well, it is now another curator from the Boston Museum, Mrs. Stephanie Loeb Stepanek, who, ahead of a brilliant team of collaborators, has been working in the exhibition we will see from October, if you have the fortune of being able to travel to Boston. Great news that from the city of Goya, almost 6,000 km. away, we look with admiration and enthusiasm; only for the chosen title, about the order and disorder creativity of our countryman, we taste a museum event are sensed with clarity as intelligent, attractive, interesting and challenger at the same time. Only this mention, and supplementary information, stimulates more than ever our pre-emption aesthetic ability, the capacity of the imagination: the great virtue, or vice, which André Breton had learned from the pages of Sade: «Beloved imagination, what I love above all in you is that you not forgive«.

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From Goya’s homeland the exhibition is seen as a challenge. An issue that no doubt had to force the sharpness and the work of Mrs. Loeb Stepanek, surname with notable Czech resonances, as Frederick Ilchman and Janis A. Tomlinson, with contributions, among others, from Manuela B. Mena and Gudrun Maurer. The museum announces that the speech of the exhibition and for the catalogue will follow innovative thematic criteria, which is very thankful, and we are already impatient almost three months ahead. Premonitory impatience in some way because I have to beg the reader now that allows me to, briefly, talk about something that although it seems to have no relation, it has. And a lot. French, who know enough of this, speak of that at lunch in a restaurant in which we enter for the first time, in a simple meal house or a home, by pure intuition we know when we are going to eat well. This is what in haute cuisine is known as the threshold effect, what know and dominate the real maître d’hôtel, able to calibrate the customer from the very first moment of the entrance to the dining room and that allows them, in an instant, make an idea, and then anticipate the desires of the customer. That same threshold effect I think it also exists in the case of exhibitions, especially in the exquisite, which represent an advance and are therefore especially tasted by gourmands of the Art.

Leave the apparent digression and come back to the topic: very occasionally, because it cannot be other way, have the opportunity for some of the great museums in the world -as exemplary in terms of Goya are the Prado in Madrid and the Fine Arts in Boston- provide us exemplary exhibitions which immediately become the refurbished canon which increase all the knowledge we have about this immense artist. It is the case, luckily, for the exhibition we were announced. We are sure of it. More than 160 pieces in the exhibition, including paintings, prints and drawings dated between 1770 and 1828, and some of them never seen before in Boston, also from the Prado, Louvre, Galleria degli Uffizi, Metropolitan, National Gallery and numerous private collections.

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Last communion of san José de Calasanz. Oil on canvas. 250 x 180 cms. Calasancio Museum. Madrid

For me it is also very satisfying to know that in such an excellent exhibition shall show the superb canvas of The Last communion of San José de Calasanz (La última comunión de San José de Calasanz), which I have mentioned extensively in the essay Goya’s border (Goya al Límite), which can be read for free at the Apple ibook store, as well as on the website www.realgoya.com I think that it is a capital, very important piece within the career of Goya, a true masterpiece and its choice is one of the landmarks of this exhibition and a major success of the Museum of Fine Arts in Boston requesting its loan to the Calasancio Museum in Madrid. A piece that will allow visitors to the exhibition see the prodigious pictorial power of Goya in a key year of his life, 1819, where he also would paint the very famous black paintings with a completely different register. Prodigy’s conceptual versatility and impeccable pedagogically show of what Goya was and how was expressed to himself and the world. This exhibition makes all this with generosity.
Great news.

Gonzalo de Diego

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