Blog sobre Francisco de Goya. Espacio de amistad que aglutine a todos aquellos amigos de Goya o de lo que representa Goya, a la manera de un club on line.

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Los Goyas de la Económica (III)The Goyas of the Economic (III)

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días, el debate entre poder político y económico (servicio público, propiedad privada) domina el escenario europeo desde el Atlántico a los Urales, imponiéndose el segundo, en los últimos tiempos, a un poder político debilitado.  Simultáneamente, el poder cultural, tras el apogeo del Siglo de las Luces, se disipa poco a poco. Desgarrada entre valores laicos y moral religiosa, marginada por las filosofías de la desconfianza –marxismo, freudianismo, estructuralismo-, que ponen en tela de juicio la libertad del sujeto, la influencia cultural se restringe a la esfera privada, a la vida familiar y al tiempo libre.

Lo que era válido al alba del siglo XIX, no se ha visto desmentido al alba del XXI: el arte raramente es promovido por sí mismo, por lo que representa y supone. “Nuestros motivos ya no son inocentes”, reconocía –creo que en 1986- Philippe de Montebello, director entonces del Metropolitan Museum de Nueva York. Cabría preguntarse, únicamente desde una perspectiva pesimista, si alguna vez lo fueron. Porque paralelamente a las razones políticas, también las razones económicas han jugado constantemente un importante papel en toda actividad cultural.

Más de treinta años después de aquellas tres exposiciones iniciales de pura y dura catalogación y difusión, exposiciones que consiguieron atraer numerosísimo público, no solamente local y regional, sino también a especialistas en Goya de la  importancia de  un imborrable profesor Julián Gállego, una Manuela Mena o una Eleanor Sayre, entre otros muchos y  situados ya en un nuevo siglo, nos anuncian  ahora con gran publicidad que un bien nutrido y entusiasta grupo de profesores de la Universidad de Zaragoza, muchos de ellos, se responsabilizan de un nuevo proyecto al parecer muy ambicioso y globalizador, sobre la Sociedad Económica. La comisión de especialistas –Guillermo Fatás, Domingo Buesa, Guillermo Redondo, Eloy Fernández Clemente, Dolores Albiac, Guillermo Pérez Sarrión y José Francisco Forniés-, pronostican que será la gran exposición del año 2014 en esta ciudad, por encima de cualquier otra que nadie pueda mostrar -entendemos- y que en consecuencia distinguirá tanto la actividad cultural de Zaragoza, como la ineluctable repercusión externa a toda clase de escalas y que por supuesto contará con un catálogo-libro que, en consonancia, se supone que constituirá una publicación de referencia. En la convocatoria pública de la muestra se señala (sic) que “en el Patio de la Infanta vamos a mostrar nueve goyas que hasta ahora solo se han visto en fotografía” (¡). Veremos.

A este propósito, el de las grandes exposiciones, no podemos sin embargo dejar de citar aquí que hace ahora veinte años  se produjo un hecho especialmente singular, que llegaría a cambiar radicalmente el concepto de lo que son exposiciones históricas sobre la Ilustración y su coherencia interna. Me refiero a la figura singular de Jean Clair, seudónimo de un soberano historiador de arte francés, Gérard Régnier, que en calidad de director del proyecto y de su catálogo y que con la colaboración de Jean-Pierre Changeux, Michel Lemire, Jean-François Debord, Bruno Jacomy, Alain Mercier, Heinz Schott, Frédéric Charvet, Henri Bonnet, Laura Bossi, Roy Porter, Elisabeth Madlener, Claudio Pogliano, Philippe Sorel, Aaron Sheon, Pietro Corsi, Barbara Larson, Erika Krause, Peter Strasser, Anthea Callen, Anne Harrington, Philippe Comar, Alain Prochiantz, Jacqueline Carroy, Jean-David Jumeau-Lafond, Wieland Schmied, Mark Gisbourne, Germano Celant, Cathrin Pichler y Laurence Kahn  organizó y presentó en las Galerías nacionales del parisino Grand Palais una exposición , “L’âme au corps (arts et sciences  1793 – 1993”), verdadero hito a escala universal y que desde entonces constituye el canon que debe regir toda manifestación en el territorio que se nos anuncia en Zaragoza; es decir, en aquellas exposiciones , y publicaciones, que traten asuntos eruditos o científicos concernientes a la Ilustración y por tanto a la libertad del hombre y sus derechos, al estudio, al dibujo, el grabado y la pintura, a  la anatomía, a la academia, al hombre máquina, a los tiempos de la frenología, a la evolución, al hombre profético, a las emociones y el sueño y a la propia alma. Globalizadoras de cuantas iniciativas puedan considerarse como corrientes innovadoras, propias de la Ilustración.

Por supuesto, la canónica “L’ame au corps” estuvo acompañada de un catálogo-libro  en gran formato, de 560 páginas y excelentemente ilustrado, editado por empresas del prestigio de Gallimard y Electa. Un buen ejemplo de la influencia de dicho canon lo fue la muestra titulada “Mélancolie,( génie et folie en Occident)”, también dirigida por Jean Clair e igualmente presentada entre octubre de 2005 y enero de 2006 en  el Grand Palais parisino y más tarde (febrero a mayo de 2006) en  la Neue Nationalgalerie de Berlin.

Entre ambas, aunque quizás tomada un poco lateralmente, será interesante citar “La peinture comme crime, ou la part maudite de la modernité” que dirigida por Régis Michel se presentó en el Museo del Louvre –hall Napoleon- entre el 15 de octubre de 2001 y el 14 de enero de 2002.

En España es digna de recordar la denominada  “Goya e Italia” de Joan Sureda (Zaragoza, junio-septiembre 2008).  Y también en Europa,  las posteriores “Renaissance to Goya” de Mark P. McDonald en el British Museum (2012), o la de “L’ange du bizarre” de Côme Fabre y Felix Krämer (Museo d’Orsay y Museo de Frankfort), en 2013.

Por ley natural no confiamos que éste sea de nuevo el caso en la exposición que se nos anuncia ahora para Zaragoza, al menos en lo material y presupuestario, aunque sí es de esperar que tratándose de ilustres profesores de nuestra facultad de letras, la brillantez del proyecto y su puesta en página sean merecedoras de aplauso general en todos los ámbitos. Y que, en efecto, constituya la cima expositiva del año, sobreponiéndose a la apertura de nuevos centros culturales y de manifestaciones y foros de todo tipo que puedan mostrarse a los zaragozanos y sus visitantes, iluminando a cuantos tengan la fortuna de ver la exposición anunciada para abril de 2014, y paladeen el libro-catálogo que, estoy seguro, divulgará  con rigor y meticulosidad  la historia y fondos artísticos, documentales, científicos y filosóficos de tan prestigiosa institución zaragozana.

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“La Infanta” por Goya, 1783 Oleo sobre lienzo, 151,2 x 97,8 cm. Munich, Alte Pinakothek

Por otra parte es sabido que en el Siglo de las Luces éstas no son sólo las del espíritu, sino también las de la vida cotidiana, y que en el mundo de las ciudades europeas y de las clases superiores de la sociedad –es el caso de la zaragozana Sociedad Económica- tanto en el vestido como en el amueblamiento triunfaban los tintes claros y luminosos, los colores alegres, las tonalidades “pastel”, principalmente en la gama de los azules, los rosas, los amarillos y grises. Bien que en España el negro sigue entonces siendo dominante, sin embargo retroceden los tonos marrones, violetas o carmesís, las relaciones oscuras y saturadas y los contrastes violentos de siglos precedentes.  Además de la correcta conservación de las obras de arte, de la iluminación, sus tonos, la humedad y las demás obligadas cuestiones técnicas, ¿se deberían  tener en cuenta esta clase de sutilezas en la puesta en escena de la exposición que nos ocupa?.  Sería preferible y hasta exigible, porque en caso contrario nos limitaremos, una vez más en esta hoy daltónica ciudad, a los consabidos rojos cromatológicamente sin origen conocido, o a la también habitual combinación desajustada del amarillo brillante con azul celeste, desgracia invariante en exposiciones zaragozanas de los últimos años, en una población completamente reñida con el color en la que éste sigue siendo un añadido insalvablemente horrible. A manera de ejemplo, invitamos a ver el Paraninfo de la Universidad, o por poner otro ejemplo mucho más reciente, la fachada adyacente de la Diputación Provincial en la cada día peor tratada Plaza de España. ¿Seguirán siendo los especialistas como Juan Carlos Sanz y Rosa Gallego, o un Michel Pastoureau,  unos perfectos desconocidos por estos lares?.

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Alzado del interior del patio de la casa Zaporta, según Prentice, 1893.

Por último y como causa principal y clave de todo lo dicho hasta aquí, reiterar que por encima de todo se trata de Goya y de obras de Goya, de su correcta conservación, transporte, manipulación y exhibición. Es Goya y en consecuencia son obras de arte de importancia capital, que no pueden ni deben quedar expuestas a ningún tipo de inclemente ligereza. Es de desear que en esta inminente ocasión no se pierdan inútilmente energías ni presupuesto en salvas de vulgar márquetin de cartón piedra estropeando, una vez más, el escaparate y la vecindad del Patio de la Infanta ni proporcionando, como actualmente, una imagen de castiza mercadotecnia, distorsionada, incongruente y provinciana de un monumento ejemplar y esencial para el conocimiento del renacimiento zaragozano. Porque en el espíritu de cuanto decíamos anteriormente y ahora insistimos en ello, también en esta clase de acompañamientos mal entendidos desde siempre las exposiciones han padecido la discordancia entre lo que esperaban de ellas sus visitantes y lo que ellas proponían, o pretendían proponer.  Si bien es cierto que muchas exposiciones –porque no han sido pocas- han sido y están siendo espléndidamente útiles para el mejor conocimiento y difusión de la cultura española, serán ahora ineludibles para una buena función educadora la calidad selectiva y el rigor intelectual. Por tanto, ya no valen manifestaciones fuera de escala, o de foco, o de la realidad y el respeto. En los tiempos que nos ha tocado vivir, a la hora de utilizar un  amplio presupuesto y en la necesidad de explicar nuestro pasado para conocernos, es mandato ineludible el alto nivel de exigencia, la sutileza y la excelencia y, por supuesto, menos descuido frívolo, menos colorines, menos desmesura de formas, menos fusiones incoherentes, menos ocultamientos de la realidad arquitectónica, menos despistes infantiles, menos apuntarse tantos ya registrados, menos carpintería y más cuidar con esmero y devoción el patrimonio de todos.

Gonzalo de DiegoFrom the 18th century to the present day, the debate between political and economic power (public service, private property) dominates the European scene from the Atlantic to the Urals, being imposed the second in recent times to a weakened political power. At the same time, cultural power, after the height of the Age of Enlightenment, gradually dissipates. Torn between secular values and religious moral, marginalized by the philosophies of distrust -Marxism, Freudianism, structuralism-, which put into question the freedom of the subject, the cultural influence is restricted to the private sphere, family life and leisure time.

What was true at the dawn of the 19th century has not been debunked at the dawn of the 21st: art is rarely promoted by itself, by what represents and means. «Our reasons are no longer innocent», recognized -I think that in 1986- Philippe de Montebello, Director then of the Metropolitan Museum in New York. One might wonder, just from a pessimistic view, if it were ever. Because in parallel with political reasons also economic reasons have played consistently an important role in all cultural activity.

More than thirty years after those three initial exhibitions of pure and hard cataloguing and dissemination, exhibitions that were able to attract huge public, not only local and regional, but also specialists in Goya with such an importance as the unforgettable Professor Julián Gállego, Manuela Mena or Eleanor Sayre, among many others, and located in a new century, they announce us now with great advertising that a large and enthusiastic group of professors of the University of Zaragoza, many of them, are responsible for a new project that seems very ambitious and comprehensive about the Economic Society. The Committee of experts -Guillermo Fatás, Domingo Buesa, Guillermo Redondo, Eloy Fernández Clemente, Dolores Albiac, Guillermo Pérez Sarrión and José Francisco Forniés, predict that it will be great exhibition of the year 2014 in this city, above any other that nobody may show -we understand- and that therefore will differentiate the cultural activity in Zaragoza as the inevitable external impact to all sorts of scales, and that will of course have a catalogue that, accordingly, assumes that it will constitute a reference publication. In the public announcement of the exhibition it sates (sic) that «in the Patio de la Infanta are going to be shown nine Goya’s that until now have only been seen in photography» (!). We will see.

In this regard, that of major exhibitions, we cannot however mentioned here that is now twenty years was produced a unique fact, which would radically changed the concept of what are historical exhibitions on the Enlightenment and its internal coherence. I am referring to the singular figure of Jean Clair, pseudonym of a sovereign French Art Historian, Gérard Régnier, that as Chief of Project and its catalogue, and with the collaboration of Jean-Pierre Changeux, Michel Lemire, Jean-François Debord, Bruno Jacomy, Alain Mercier, Heinz Schott, Frédéric Charvet, Henri Bonnet, Laura Bossi, Roy Porter, Elisabeth Madlener, Claudio Pogliano, Philippe Sorel, Aaron Sheon, Pietro Corsi, Barbara Larson, Erika Krause, Peter Strasser, Anthea Callen, Anne Harrington, Philippe Comar, Alain Prochiantz, Jacqueline Carroy, Jean-David Jumeau-Lafond, Wieland Schmied, Mark Gisbourne, Germano Celant, Cathrin Pichler and Laurence Kahn organized and presented at the national galleries of the Grand Palais du Paris an exhibition, “L’âme au corps (Arts et Sciences 1793-1993)”, true milestone in universal scale and since then is the canon that should govern all artistic and cultural manifestation that boasts, in the territory that is announced in Zaragoza; this means, in those exhibitions and publications dealing with scholars or scientific matters relating to Enlightenment and therefore freedom of man and his rights, study, drawing, engraving and painting, anatomy, academy, machine man, phrenology times, evolution, prophetic man, to the emotions and the dream and the own soul. Globalizing many initiatives might be considered as innovative streams from Illustration.

Of course, the canonical «L’ame au corps» was accompanied by a catalogue in large format, 560 pages and excellently illustrated, edited by publishers like the prestigious Gallimard and Electa. A good example of the influence of that canon was the exhibition entitled «Mélancolie, (Génie et folie en Occident)«, also directed by Jean Clair and equally presented between October 2005 and January 2006 in the Grand Palais du Paris and later (February to May 2006) at the Neue Nationalgalerie in Berlin.

Among the two of them, although perhaps taken a little sideways, will be interesting to mention «La peinture comme crime, ou la part maudite de la modernité» directed by Régis Michel arose in the Louvre Museum -hall Napoleon- between October 15th 2001 and January 14th 2002.

In Spain it is worthy to remember the so-called «Goya and Italy» of Joan Sureda (Zaragoza, June-September 2008). And also in Europe the later «Renaissance to Goya» of Mark P. McDonald in the British Museum (2012), or «L’ange du bizarre» of Côme Fabre and Felix Krämer (d’Orsay Museum and Museum of Frankfort), in 2013.

By natural law are not confident that this is again the case in the exhibition which is now announced for Zaragoza, at least in the material and its budget, although it is expected that in the case of illustrious professors of our University the brilliance of the project and its implementation in page are deserving of general applause in all areas. And to, in effect, constitute the top exhibition of the year, overcoming the opening of new cultural centres and events and forums of all kinds that can be displayed to Zaragoza citizens and its visitors, enlightening those who have the fortune of seeing the exhibition announced for April 2014, and taste the catalogue-book which, I am sure, will report with rigor and meticulous the history and artistic backgrounds, documentary, scientific and philosophical, of such a prestigious institution of Zaragoza.

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“La Infanta” por Goya, 1783 Oleo sobre lienzo, 151,2 x 97,8 cm. Munich, Alte Pinakothek

On the other hand it is well known that in the Century of Lights these are not only those of the spirit, but also the ones of everyday life, and that in the world of European cities and the upper classes of society -is the case of the Zaragoza Economic Society- both in dress as in the furnishing also clear and bright dyes, the bright colours, pastel tones, mainly in the range of the blue, pink, yellow and gray. While in Spain the black then remains dominant, however step back the brown, purple or crimson tones, dark and saturated relations and violent contrasts of preceding centuries. Besides the correct conservation of master pieces, lighting, shades, moisture and other required technical issues, should take into account this kind of subtleties in the staging of the exhibition that we are concerned? It would be preferable and even enforceable, because otherwise we will be limited, once more in this today colour-blind city, the usual red with unknown origin, or to the also usual misadjusted combination of bright yellow with blue azure, invariant misfortune in Zaragoza exhibitions of the last years, in a population completely incompatible with the colour at which this is still an irretrievably awful additive. As an example, we invite you to see the University Auditorium in Plaza de Paraíso, or the adjacent facade of the Provincial Council in the everyday worse treated Plaza de España. Will remain the specialists such as Juan Carlos Sanz and Rosa Gallego or Michel Pastoureau a perfect unknown in this latitude?

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Alzado del interior del patio de la casa Zaporta, según Prentice, 1893.

Finally and as a key and main cause of everything said so far, insist that above all is Goya and the works of Goya, their correct conservation, transport, manipulation and display. It is Goya and consequently they are art works of big importance, which cannot be exposed to any kind of inclement lightness. It is desirable that for this imminent time energies are not lost unnecessarily nor budget in salvos of vulgar marketing of papier-mâché spoiling, once again, the showcase and the vicinity of the Patio de la Infanta nor providing, as currently, traditional marketing image, distorted, incongruous and provincial, of an exemplary and essential monument for the knowledge of Renaissance in Zaragoza. Because in the spirit of what we said earlier and now we insist on this, also in this class of accompaniments misunderstood always, exhibitions have experienced the discrepancy between what their visitors expected from them and what they were proposing, or intended to propose. While it is true that many exhibitions -because they were not few- have been and are being splendidly useful for better understanding and dissemination of Spanish culture, are now inescapable selective quality and intellectual rigor. Therefore, already are not worth demonstrations out of scale, or focus, or reality and respect. In the times that we have had to live, when using a broad budget and need to know our past to know us, is unavoidable mandate the high level of demand, subtlety and excellence and, of course, less frivolous neglect, less colourful, less excess of ways, less incoherent mergers, less concealment of architectural reality, less children’s forgetfulness, less score points already registered, less carpentry and more care with dedication and devotion the heritage of all.

Gonzalo de Diego

Los Goyas de la Económica (II)The Goyas of the Economics (II)

En cuanto al dibujo, el fondo artístico de la RSEAAP cuenta con un muy nutrido conjunto, dado que la Escuela de Dibujo fundada por la Sociedad será el antecedente inmediato de la Real Academia de BBAA de san Luis.

Pablo Jiménez dice que en el Renacimiento italiano el dibujo era algo previo al arte, aunque en su proceso: antes de la pintura, antes de la escultura, antes de la arquitectura, estaba el dibujo. Y pertenecía al taller, al lugar en el que los sueños toman cuerpo. Desde el punto de vista técnico y de la conservación adecuada, su fragilidad y extrema sensibilidad (a la humedad, tanto o más que) a la luz, precisa continuos y severos cuidados. Razón por la que es sabido que deben guardarse sin marco, en horizontal y a oscuras.

Pero no resulta fácil definir o describir qué es un dibujo. Como decíamos antes cuando es de creación, proviene de la primera idea, inicial. José Manuel Matilla, jefe de departamento de Dibujos y estampas del Museo del Prado dice que Goya “constituye una excepción en España. No hubo nada igual antes y, durante mucho tiempo, después”. Y en lo concerniente a su técnica, añade que “Goya corregía poco. Desde el principio lo tenía claro. Sólo incluía matices, unos pocos cambios.”

Será un año más tarde cuando  se finalice el trabajo de primera aproximación y catalogación y exhibición pública de los fondos de la Sociedad Económica. De forma que el 17 de Octubre de 1983 y hasta el 10 de Diciembre del mismo año presentamos la exposición Dibujos de Academia en el Centro de Congresos de la Caja (hoy espacio “Patio de la Infanta”). Se ofrecen al público en general un conjunto de 101 piezas, editándose un tercer catálogo, éste con 108 páginas y 121 reproducciones, de las que solamente una, el posible autorretrato desnudo de Goya, es en color. Nuevamente con texto de Gonzalo de Diego y catalogación, fichas y biografías a cargo del mismo Gonzalo de Diego y de José I. Pascual de Quinto.

Será llevada posteriormente a la ciudad de Valencia, constituyendo la muestra inaugural de la nueva Sala de Exposiciones de la Caja en aquella ciudad. Se inaugura el 22 de Diciembre y se clausura el 21 de enero de 1984. Excepcional acogida en aquella ciudad – no en vano Goya fue también Académico de la de san Carlos- y miles de visitantes celebrando tan singular manera de inaugurar un nuevo centro cultural.

Así pues aquellas exposiciones se compilan en un catálogo global que, suma de los tres editados, dentro de sus modestos límites suponen  254 páginas (66, 80 y 108), con 323 ilustraciones (85, 117 y 121) de ellas 7 en color, con lo que se confirma la idea inicial de un coste muy medido y hasta riguroso  en algunos casos. 309 fueron las piezas expuestas. El objetivo había quedado cumplido de manera que la propia Caja consideró adecuada y que la Sociedad Económica corroboró cumplidamente. Hasta el punto de que personalmente me supusieron, además de la enorme satisfacción moral de hacerlas y el gran honor del mucho trabajo puesto a su servicio, mi nombramiento como Socio Residente de la Real Sociedad Aragonesa de Amigos del País en la Junta celebrada el día 3 de Marzo de 1982.

Pero volviendo a Dibujos de Academia conviene recordar aquí que esa exposición catalogó y presentó públicamente dos dibujos de Goya de excepcional calidad e importancia:

(Probable) Autorretrato de Francisco de Goya y Lucientes. Dibujo a sanguina y tiza blanca sobre un boceto previo en lápiz grafito, sobre papel verjurado blanco. 518 x 352 mm, circa 1785-90. En el reverso hay otro dibujo, a la sanguina. Las inscripciones “Abril 30 de 1792” y de una rúbrica, ambas características de Goya y auténticas, fueron certificadas por el Dr. Canellas, catedrático de Paleografía y Diplomática y autor del Diplomatario de Francisco de Goya.El dibujo fue catalogado con el número 59.

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(Probable) Autorretrato de Francisco de Goya y Lucientes.
Dibujo a sanguina y tiza blanca sobre un boceto previo en lápiz grafito, sobre papel verjurado blanco. 518 x 352 mm, Francisco de Goya
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Desnudo viril de pie y de espaldas. Es copia de un dibujo original de Pompeyo Batoni que también figuró en la misma exposición con el número 31 de catálogo.

Este dibujo, copiado por Goya, está realizado en punta de plomo sobre papel verjurado, preparado y teñido a gris. A diferencia del modelo de Batoni cuyo papel está teñido en azul. 522 x 332 mm. (el modelo de Batoni mide 531 x 400 mm). Realizado por Goya circa  de 1776 a 1790. Abajo a la derecha, dos rúbricas; la de la izquierda es la de don Diego de Torres, secretario de la RSEAAP entre 1776 y 1809?; la segunda, de Francisco de Goya. Catalogado con el número 60.

Foto-10Desnudo viril de pie y de espaldas. Copia del original de Pompeyo Batoni.
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unta de plomo sobre papel verjurado, preparado y teñido a gris 522 x 332 mm. Francisco de Goya.

Laocoonte (copia del yeso) Dibujo en punta de plomo sobre papel verjurado blanco con filigrana “J.Honig/&/Zoonen”. 482 x 344 mm. En la catalogación y exhibición pública de 1983/84, fue catalogado como un posible anónimo español de la segunda mitad del XVIII (¿Francisco de Goya?). Tiene una posible inscripción ilegible al ángulo superior derecho. Y en el ángulo inferior izquierdo la inscripción “Abril 26 de 82” y rúbrica. Todas las inscripciones y rúbricas corresponden a Francisco de Goya, según dictamen del doctor Canellas. Doña Manuela Mena opinó en su examen previo a la exposición, que muy probablemente se tratase de un original de Goya. (véase mi artículo en este mismo blog, dedicado a Eleanor Axon Sayre en Zaragoza, publicado el 2 de julio de 2013).

Foto-12Laocoonte (copia del yeso)
Dibujo en punta de plomo sobre papel verjurado blanco. 482 x 344 mm. ¿Francisco de Goya?

El blog de Realgoya, publicando estos artículos y testimonios sobre la actividad artística de los últimos años, pretende contribuir a la mejor difusión de la figura y la obra de Francisco de Goya y, en esta ocasión, abrir las puertas de la Sociedad Económica y su patrimonio al mundo digital, permitiendo que muchas personas que no tienen acceso a esas colecciones disfruten de los valiosos beneficios que éste le ofrece, y no solamente para residentes en Zaragoza y España, sino en el ancho mundo de internet. Y en todo caso, que su memoria permanezca accesible y viva para todos.
Volvamos ahora al otro motivo que  nos ocupa: la anunciada exposición sobre  la Real Sociedad Económica Aragonesa que se inaugurará “en torno al 23 de abril”, dado que, como informa María Teresa Fernández, “….su patrimonio e historia son, además, poco conocidos” y, como afirma el comisario de la muestra, Domingo Buesa, “Los fondos que atesora la institución son muy desconocidos por el público en general”. No en balde han transcurrido más de treinta años desde aquellas exposiciones primeras, que venimos glosando, y está claro que ha podido llegar el momento de cerrar este capítulo de la mejor manera posible.

“Nunca se ha hablado tanto de arte y nunca se ha sentido menos que ahora” se condolía Anselm Feuerbach en 1.882. Expresaba así  un malestar que había comenzado a sentirse en la segunda mitad del siglo XVIII, con el considerable impulso de las exposiciones académicas. El arte comenzaba a convertirse en un asunto público y con él aparecía la figura del crítico. Pero la concurrencia nubla la vista, como constatará Emilio Zola en su crítica  a los salones parisienses de 1866. Si únicamente los ganadores de medallas, es decir aquellos que ya están consagrados, componen los jurados, demanda Zola, ¿de qué protección se beneficiarán entonces aquellos que todavía no tienen medalla para defenderse? Serán precisamente los aficionados quienes se ocupen de hacerlo y desde entonces los artistas buscarán al gran público con la esperanza de encontrar en él un juicio positivo.

En 1763, Diderot loaba la exposición pública como siendo, por encima de todo, una institución que “procura a todos los estadios de la sociedad, y en particular a los hombres de gusto, un impulso útil y una recreación agradable”.  Desde siempre la pulsión de representación del Estado, de la monarquía, del individuo, ha constituido una importante incitación a rodearse de obras de arte. La difusión de las Academias, en el siglo XVIII, debe mucho al orgullo de las cortes buscando deslumbrar por medio del esplendor del arte. Napoleón recibía a los embajadores y diplomáticos extranjeros entre las colecciones artísticas del Louvre, con objeto de demostrarles, prácticamente en contacto con las obras adquiridas en sus conquistas, la unidad de Europa bajo el dominio de Francia. El poder se sirve de la exposición del arte como de un medio de dar al extranjero una representación de sus aspiraciones y de sus modelos, de su política y de su identidad.

De forma que las exposiciones han adquirido un estatuto político, forman parte de los medios privilegiados mediante los cuales se documentan e ilustran el acuerdo, la alianza y la cooperación internacionales, la identidad nacional y regional, la continuidad histórica, la conciencia de sí y el amor a la cultura de un Estado. Por ello y aún a pesar de la tremenda crisis económica actual, siguen siendo todavía justificables este tipo de manifestaciones.  Así pues, desde sus orígenes, las exposiciones han padecido la discordancia entre lo que esperaban de ellas sus visitantes y lo que ellas proponían, o pretendían proponer. Perfectamente consciente de sus prerrogativas y de su nueva responsabilidad, la creciente burguesía de algunos países europeos en el siglo XIX asumirá, ciertamente con natural y sorprendente eficacia, el mecenazgo de los artistas, sustituyendo el papel que hasta entonces había desempeñado primero la Iglesia y luego el Palacio.

(Continuará)

Gonzalo de DiegoIn regard with the drawing, the artistic background of the RAESFC has a very large set since the Drawing School founded by the Society will be the immediate forerunner of the Royal Academy of Fine Arts of San Luis.

Pablo Jiménez says that in the Italian Renaissance drawing was something prior to art, although in its process: before the painting, before the sculpture, before the architecture, it was drawing. And it belonged to the workshop, to the place where dreams take a shape. From the technical point of view and the adequate conservation, its fragility and extreme sensitivity (to moisture, as much or even more than) to the light, requires severe and continuous care. Reason why is well known that they should be stored without frame, horizontally and in the dark.

But it is not easy to define or describe what a drawing is. As we said before when it is created, it comes from the first and initial idea. José Manuel Matilla, head of Department of Drawings and Prints of the Prado Museum says that Goya «constitutes an exception in Spain. There was nothing like him before, and for a long time, since then». And in regard to his technique, adds that «Goya corrected rarely. Since the beginning had it clear. Only included nuances, a few changes.»

It will be a year later when finishes the job of first approach, and cataloguing and public display of the funds of the Economic Society. Indeed on October 17th 1983 and to December 10th of that same year we present the exhibition Drawings of Academy in the Congress Centre of the Bank (Patio de la Infanta named today). They are offered to the public in general a set of 101 pieces, editing a third catalogue, this one with 108 pages, 121 reproductions, among which only one, the possible nude self-portrait of Goya, is in colour. Once again with text and cataloguing by Gonzalo de Diego, dossiers and biographies in charge of the same by Gonzalo de Diego and José I. Pascual de Quinto.

It will be led later to the city of Valencia, constituting the opening exhibition for the new Exhibition Hall of the Bank in that city. It was inaugurated on December 22nd and ends on January 21st 1984. An exceptional reception took place in that city – not in vain Goya was also academic of San Carlos- and thousands of visitors celebrating such a singular way of inaugurating a new cultural centre.

So those exhibitions are compiled into a global catalogue that, sum of the three released, within its modest limits represent 254 pages (66, 80 and 108), with 323 illustrations (85, 117 and 121) of which 7 in colour, confirming the initial idea of a very measured cost and even rigorous in some cases. 309 were the exposed pieces. The objective had been reached so that the own Bank considered adequate and the Economic Society was duly confirmed. To the point that I personally assumed, in addition to the enormous moral satisfaction to them and the great honour of such a work put at its service, my appointment as a resident member in the Royal Society Aragonese of Friends of the Country at the meeting held on March 3rd 1982.

But returning to Drawings of the Academy it should be recalled here that the exhibition catalogued and publicly presented two drawings by Goya of outstanding quality and importance:

(Likely) Self-portrait of Francisco de Goya y Lucientes. Drawing in sanguine and white chalk on a previous sketch in pencil graphite on white laid paper. 518 x 352 mm, circa 1785-90. On the reverse there is another drawing, to the sanguine. The inscriptions «April 30th 1792″ and a flourish, both characteristics of Goya and authentic, were certified by Dr. Canellas, Professor of Palaeography and Diplomatic and author of Francisco de Goya, El Diplomatario. Drawing was listed with the number #59.

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(Probable) Autorretrato de Francisco de Goya y Lucientes.
Dibujo a sanguina y tiza blanca sobre un boceto previo en lápiz grafito, sobre papel verjurado blanco. 518 x 352 mm, Francisco de Goya.

Manly bare foot and back. It is a copy of an original drawing by Pompeyo Batoni which also appeared in the same exhibition with catalogue number #31.

This drawing, copied by Goya, is made in point lead on laid paper, prepared and dyed in gray. Unlike the model of Batoni whose paper is dyed in blue. 522 x 332 mm. (Batoni model measures 531 x 400 mm). Performed by Goya circa 1776 to 1790. Bottom right, two signs; the left belongs to Don Diego de Torres, Secretary of the RAESFC from 1776 to 1809(?). The second, by Francisco de Goya, listed with the number #60.

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Desnudo viril de pie y de espaldas. Copia del original de Pompeyo Batoni.
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unta de plomo sobre papel verjurado, preparado y teñido a gris 522 x 332 mm. Francisco de Goya.

Laocoön (copy of the plaster). Drawing on tip of lead on white laid paper with watermark «J. Honig & Zoonen». 482 x 344 mm. In the cataloguing and public exhibition of 1983-1984, it was listed as a possible Spanish anonymous from the second half of the 18th century (Francisco de Goya?). It has a possible unreadable inscription at the top right corner. And in the bottom left corner it says «April 26th ‘82″ and signature. All inscriptions and signatures correspond to Francisco de Goya, according to opinion of Doctor Cañellas. Doña Manuela Mena said in its review prior to the exhibition that most likely was an original by Goya (See article on this blog dedicated to Eleanor Axon Sayre in Zaragoza, published on July 2nd 2013).

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Laocoonte (copia del yeso)
Dibujo en punta de plomo sobre papel verjurado blanco. 482 x 344 mm. ¿Francisco de Goya?

The blog of Realgoya, publishing these articles and testimonies about the artistic activity of last few years, aims to contribute to the better dissemination of the figure and the work of Francisco de Goya and, on this occasion, open doors of the Economic Society and its heritage to the digital world, allowing many people who do not have access to these collections may enjoy the valuable benefits offered, and not only for residents in Zaragoza and Spain, but in the wide world of the Internet. And in any case, keep his memory alive and accessible for all.

Let’s look now at the other reason that concerns us: announced exhibition on the Royal Society Economic Aragon to be inaugurated «around April 23rd«, in fact, as María Teresa Fernández says, “…its heritage and history are also poorly known» and, as mention the curator of the exhibition, Domingo Buesa, «the funds that holds the institution are very unknown to the general public». Not in vain have passed more than 30 years since those first exhibitions that we have been relating, and clearly it has arrive the time to close this chapter in the best possible way.

«So much of art has never spoken and has never felt less than now» Anselm Feuerbach sorrowed in 1882. He expressed this way a discomfort that had begun to be felt in the second half of the 18th century, with considerable impulse of academic exhibitions. The art began to become a public affair and with it appeared the figure of the critic. But concurrence blurs the look, as reveal Emilio Zola in his criticism to the Parisian salons in 1866. If only medal winners, i.e. those who are already enshrined, make up juries, demand Zola, what protection those who still have no medal to defend themselves will benefit then? Amateurs will precisely be who deal with doing so and since then artists will seek the general public hoping to find in it a positive judgment.

In 1763 Diderot hymned the public exhibition as being, above all, an institution seeking «to all stages of the society, and in particular men of taste, a useful impulse and a pleasant recreation». Always the compulsion to representation of the State, the monarchy, the individual, has been an important invitation to be surrounded by art works. The diffusion of the Academies in the 18th century owes much to the pride of the courts seeking to be dazzled by the splendour of art. Napoleon was receiving ambassadors and foreign diplomats among the artistic collections of the Louvre, in order to show them, almost in contact with the acquired works in his conquests, the unity of Europe under the domination of France. Power is served of the art exhibition as a mean of giving abroad a representation of their aspirations and their models, its policy and identity.

In such a way that exhibitions have acquired a political status, they form part of the privileged means by which document and illustrate the agreement, the alliance and international cooperation, the national and regional identity, historical continuity, self-awareness and love to the culture of a State. For this reason and despite the tremendous actual economic crisis, are still justifiable such displays. Thus, since its origins, exhibitions have experienced the discrepancy between what their visitors expect from them and what they were proposing, or intended to propose. Perfectly aware of its prerogatives and its new responsibility, the growing bourgeoisie of some European countries in the 19th century will assume, certainly with natural and amazing efficiency, the patronage of artists replacing the role that until then had first played the Church and then the Palace.

(To be continued…)

Gonzalo de Diego

Los Goyas de la Económica (I)

Testimonio.

La Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País (RSEAAP) fue fundada en Zaragoza, la ciudad de Goya, y abrió su Establecimiento el año 1876, en la Plaza del Reyno, número 5. Actualmente tiene su domicilio en la Calle San Jorge número 8.

En 1980 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja inauguró su nueva Sede Social en la plaza de don Basilio Paraíso número 2 de Zaragoza. Desde el mismo momento de la terminación del edificio, se pensó que era oportuno rendir homenaje a la Entidad que fundó la citada Caja de Ahorros, con motivo y celebración de su primer centenario en 1876. Transcurridos más de doscientos años de los primeros pasos de la Económica y de cien años de la Caja de Ahorros, ésta quiso recordar a su promotora y fundadora mediante una exposición de los fondos pertenecientes a su Patrimonio artístico y documental, y que como un servicio social  lleno de justificación sirvieran de público reconocimiento a la RSEAAP y sus virtudes políticas, en el más amplio sentido de la palabra.

En consecuencia hace ahora 33 años, terciado el mes de mayo, el director del entonces próximo a inaugurarse Centro de Exposiciones y Congresos, don Francisco Ferrán de Irízar me comunica que, por decisión del Director General de la Caja de Ahorros de Zaragoza, Don José Joaquín Sancho Dronda, la Sala de Exposiciones de dicho centro se inauguraría con una exposición dedicada a los fondos artísticos de la RSEAAP, fundadora de la Caja en 1876. Y que dicha exposición debería abrirse  al público en los primeros días del mes de Octubre de ese año 1981.

Venía yo desempeñando mi función de responsable o director de las exposiciones artísticas de la Institución desde el mes de Septiembre de 1976, razón por la que mi relación con la Entidad era fluida y continua y en uno de nuestros despachos habituales Ferrán, de acuerdo con las instrucciones del Secretario General, don Enrique González-Simarro, me significa que empiece a trabajar en el asunto y que me ponga en contacto con el director de la Económica, el señor Marqués de Noya. A tal efecto, se me indica que acuda esa misma  tarde a la sede de la Económica, sita en la calle Don Jaime I, núm. 18, en su planta noble. En el edificio, planta baja, hay un Salón de Actos que es propiedad de la Caja, así como la planta en la que está domiciliada la Real Sociedad y unos años más tarde será vendido al Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza.

Recibido por don Jaime Jordán de Urríes y Azara, marqués de Noya, a quien acompañan el conservador de la colección artística, don  Fausto Jordana de Pozas y el socio de la económica don José I. Pascual de Quinto, me confirman la idea de la muestra y se ponen a mi disposición para enseñarme las colecciones y empezar a trabajar, indicándome que el señor Pascual de Quinto será mi contacto en la Económica y me irá mostrando todo y ayudándome en cuanto pudiera precisar.

Aquel encargo llegaría a constituir uno de los hitos de mi vida, esos momentos o experiencias vitales que nos marcan. En éste escrito la revivo y quiero, ya desde aquí, agradecérselo encarecidamente a quienes me proporcionaron semejante oportunidad, todo un reto, por la confianza que tuvieron y por creer que aquel ilusionante proyecto podría llegar a ser una realidad.

Dado el muy escaso tiempo para cumplir lo encomendado, acordamos empezar el trabajo al día siguiente y tener dos reuniones semanales, en la sede de la Económica. Tras la segunda reunión y dado el gran número de piezas que componen el fondo artístico, solicito entrevista a los señores Ferrán y González Simarro a quienes indico que el trabajo me sobrepasa en dos sentidos: hay material más que suficiente para hacer más de una exposición y no hay tiempo para hacer el trabajo en las condiciones inicialmente encomendadas, dado que la colección está prácticamente sin catalogar. Razón por la que propongo cumplir con el mandato de la dirección abriendo la temporada artística Oct. 81 a Junio 82 con la colección de pintura y algunos objetos y, en años sucesivos, ir abriendo las temporadas artísticas con los dibujos y con los grabados. Por supuesto, en los tres casos, presentando respectivas selecciones, no exhaustivas.

Mi propuesta es aceptada, de manera que puedo empezar a trabajar en un aspecto mucho más concreto de las colecciones, independientemente de terminar una primera aproximación a la totalidad del fondo artístico, previa a los trabajos de catalogación. Entre unas cosas y otras, nos plantamos en el mes de Junio de 1981 sin tener prácticamente nada hecho y comenzamos a trabajar, el señor Pascual de Quinto y yo, en reuniones vespertinas y sin otra ayuda exterior.

Hay que señalar aquí que el proyecto carece de presupuesto, que ni el señor Pascual de Quinto ni yo recibimos ningún tipo de honorario por el trabajo y que se me indica en la Caja que el coste debe ser el mínimo posible. Así pues, comenzamos la primera catalogación de la primera muestra (las pinturas, los planos y alzados de la logia de la galería del Palacio Vaticano, de Juan de Udine y Rafael Sancio y el original armario monetario de don Pedro Valero, pintado por M. Salvador Maella), con solamente cuatro meses por delante y ni un día más, y con la interrupción del mes de Agosto en el que las dos secretarias de la Económica tienen sus vacaciones y la Institución y cuanto alberga en su sede está cerrada. Duro trabajo, basta tarea rayando en el milagro. Aquel verano las vacaciones se las llevó íntegras la Económica…..

Hay que, al mismo tiempo y dentro de mi labor como responsable de las exposiciones de la Caja, habilitar mínimamente el espacio de la nueva Sala de exposiciones de la Caja, diseñar y maquetar un catálogo que sirva de modelo para  ésta y las siguientes exposiciones, organizar el diseño de invitaciones, publicidad, cartelería, etc. y, por supuesto, simultanear este trabajo con el correspondiente a la organización y puesta en marcha de las siguientes exposiciones a realizar en la Sala del CEC en esa misma temporada (Benjamín Palencia; Pablo Serrano; Joan Miró; etc) y en las siguientes (segunda muestra de los fondos de la Económica con los grabados de J.B. Piranesi y A. Specchi , Arte español contemporáneo de la Fundación March, etc. y los dibujos de Academia de la Económica, que constituirán la tercera exposición).   Igualmente la coordinación, programación y funcionamiento de las demás Salas de exposiciones de la Caja, tanto en Zaragoza capital, como en Huesca, Teruel, la Rioja (Logroño, Calahorra, Santo Domingo), Guadalajara, etc. y poco después -diciembre de 1983- en la ciudad de Valencia.

Sin presupuesto conocido y con el encarecido encargo del mínimo coste/gasto posible, el trabajo es completamente individual y sin ninguna ayuda para realizarlo. En todo caso, con el apoyo directo de los señores Ferrán y González-Simarro dentro de la estructura de la Caja, y la colaboración esporádica de la secretaria del señor Ferrán, doña Mª Pilar Español, para cuestiones urgentes e imprescindibles.

Pues bien, efectuada la primera inspección y toma de contacto con los fondos artísticos de la RSEAAP, solicitamos del conservador de la colección y del bibliotecario de la institución que se nos aporten cuantos catálogos e inventarios artísticos obren en poder de la misma. Fundada en 1776, existen y se ponen a nuestra disposición los inventarios/catalogaciones de  1828 (*) y 1842  (**). Y las Actas de la Económica. Igualmente utilizamos algunas Acta de la Academia en la que se relacionan sus premios de 1801 (***)     y el catálogo  de la exposición de la Institución Fernando el Católico, de 1966 (****), así como la frecuente consulta del libro de José Francisco Forniés Casals, sobre la Económica, editado por la C.E.C.A. con el patrocinio de la Caja.  Va de sí que, aunque anteriormente él no había realizado este tipo de trabajos, considerada la función del señor Pascual de Quinto como importante, de mutuo acuerdo en todo y desde el primer momento estimé que el comisariado de la exposición debía ser y era compartido por ambos. A mi propuesta, así fue aprobado por la Caja de Ahorros en su calidad de promotora y mecenas del proyecto y así se da a entender en el oportuno catálogo de cada muestra. Y en los que se dice que estas exposiciones “ofrecen la posibilidad de mostrar en Zaragoza y ofrecer a toda persona interesada, una representación de uno de los periodos más fecundos de la historia artística de nuestra región, cual fue el siglo XVIII y primer tercio del XIX” (sic)

La primera exposición se celebra en Zaragoza del  9 de Octubre a 7 de Noviembre de  1981, viajando posteriormente a Huesca (Centro Cultural Genaro Poza) exhibiéndose entre el 5 de Enero y el 8 de Febrero 1982 y Teruel (en la nueva O.P. de la Caja de Ahorros en Teruel) del 9 de Febrero al 21 de  Marzo de 1982. Tales eran los tiempos que entonces se estimaron los mejores para cada ciudad y así se exhibieron públicamente. Se catalogan y exponen 91 piezas y se acompañan con un catálogo que contiene 85 ilustraciones, de ellas 6 en color, con textos, catalogación y fichas de Gonzalo de Diego y José I. Pascual de Quinto. Entre ellas se muestran  6 obras de la mano de Goya.

Por cierto que en mi opinión lo más grande que le sucedió a la Económica fue la presencia de Goya; como suena. Nada tuvo en ella más importancia ni resultó de mayor alcance; desde el punto de vista del arte y de la alta cultura, nada ni nadie le supusieron un ápice de mayor valor añadido que la presencia real y testimonial de Goya. En el ilustrado espíritu de un Voltaire, un Federico de Prusia, un Thomas Jefferson o un Nicolás de Condoncert, el acierto y la erudición de nuestros ilustrados locales, como Juan Martín de Goicoechea, el embajador José Nicolás de Azara y los Pignatelli,  así como  su  cosmopolitismo y sentido del mecenazgo, le valieron a la Real Sociedad  la venida de Goya y su espectacular aporte.  Ilustrados y hábiles hombres de negocios, había en ellos una gran apetencia por saber, por acercarse a las ciudades más cultas como Roma, una ciudad que respira belleza eterna, con lo que tuvieron oportunidad de ser brillantes y de ayudar a otros a serlo. Y la aprovecharon innovando y actualizando también los métodos de enseñanza del Dibujo y las Bellas Artes, conforme a los cánones más avanzados de aquel momento en Europa y con su contribución honraron, enriquecieron y dignificaron Zaragoza y Aragón, fieles al “Florece fomentando” de su lema fundacional.

Goya es designado socio de mérito de la Sociedad  Económica  Aragonesa; notificada al artista el 22 de Octubre de 1790, responde el pintor, agradecido y bien dispuesto, en carta del 29 de ese mismo mes.

Entre sus aportaciones directas y las de sus mecenas y colegas de la RSEAAP, se conservan  5 pinturas y una atribución:

• La Virgen coronando a Santa Teresa (boceto). También titulado La Virgen impone el collar a Santa Teresa en presencia de San José. Oleo sobre tabla, de 24,5 x 37 cm y numerado con al 51 en el catalogo de 1981.

• Aparición (boceto). También titulado Aparición de la Virgen a Santa Teresa. Oleo sobre tabla, de 24,5 x 37 cm y numerado con el 52 en el catálogo de 1981.

 

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Aparición de la Virgen a Santa Teresa. Oleo sobre tabla, de 24,5 x 37 cm.
La Virgen coronando a Santa Teresa (boceto). Oleo sobre tabla, de 24,5 x 37 cm.

• Esopo el fabulador. (hacia 1778) Óleo sobre lienzo, de 24,5 x 42,5 cm Copia realizada por Goya del cuadro de Velázquez, de igual tema. Catalogado en 1981 con el número 88.

• Menipo el filósofo (hacia 1778) Óleo sobre lienzo, de 23,5 x 42 cm . Al igual que el anterior, es copia del de Velázquez de igual motivo. También como el anterior tiene el antecedente de un aguafuerte de Goya, fechado en 1778 y de medidas de 22 x 50,5 cm, catalogado por Gassier con el número 103. Catalogado en 1981 con el número 89.

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Esopo el fabulador.  Oleo sobre lienzo, de 24,5 x 42,5 cm
Menipo el filósofo . Oleo sobre lienzo, de 23,5 x 42 cm

 

• Escena no identificada (borrón) Circa 1780-81. Óleo sobre lienzo, de 19 x 31,5 cm. Catalogado con el número 90 en el catálogo de 1981.

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 Escena no identificada (borrón) . Oleo sobre lienzo, de 19 x 31,5 cm.

  • El tocado de la dama (atribuído, aunque más que dudoso). Óleo sobre papel, de 21 x 31 cm. Catalogado con el número 87 en la catalogación de 1981.

Para más detalles es conveniente consultar el citado catálogo de 1981, en el que sus autores manifiestan que se trata de una primera aproximación a una catalogación seria de la colección de pinturas, dejando la puerta abierta a otros trabajos que en el futuro, con más tiempo y posibilidades, permitan cerrar el capítulo de estas pinturas con total garantía y seriedad. No es, sin embargo, el mismo caso para cuanto concierne a los grabados y los dibujos de academia que, con más tiempo, serán tratados  más a fondo y  con un carácter más estable.

La exposición de 1981 se dividió en tres grupos de obras bien diferenciadas, correspondientes a:

  1. -Un primer grupo, constituido por la relación de directores de la RSEAAP cuyos retratos obran en su fondo artístico, así como los retratos de aquellas personalidades cuya relación con la Real Sociedad fue relevante.
  2. – Un segundo grupo que comprendía los 19 planos y alzados de la Logia de la Galería del Palacio del Vaticano, de Juan de Udine y Rafael Sancio.
  3. – Y un tercer grupo de obras, que constituían el grueso de la exposición y que, a su vez, fue subdividido en razón a su contenido temático, en los grupos siguientes:
  • Obras de tema religioso
  • Bocetos de bóvedas, techos y cúpulas
  • Otros retratos y autorretratos
  • Obras de tema profano

En Octubre de 1982 se presenta públicamente la segunda exposición de la Real Sociedad, dedicada al grabado que, con el título de “Aguafuertes de Juan Bautista Piranesi y Alessandro Specchi” se inaugura en la Caja de Ahorros (Centro de Congresos) el día 7, para clausurarse el 6 de Noviembre del citado 1982. Esta exposición también viajó a Huesca (8 al 26 de Febrero de 1983) y Teruel (3 al 18 Dic. 1982).

En ella se presentaron públicamente 65 Vistas de Roma que, excepción hecha de otras 15 que se enviaron a restaurar en el, creo recordar, Instituto de Restauración de Papel, del C.S.I.C., -lo que hoy es el Instituto de Patrimonio Cultural de España-, constituyen el fondo de vistas propiedad de la Sociedad. Vistas que han dejado la imagen de esa Roma devorada por el tiempo, el abandono y la decadencia a través de sus principales monumentos.

Se ha escrito muchísimo sobre Piranesi y se ha publicado su obra, razonada y profusamente. Entre las muchas opiniones  sobre él, las hay que  sostienen que  es un ávido enciclopedista de las formas artísticas del pasado imperial romano, y que tiene un lugar especial en la Historia del Arte por ser uno de los primeros en operar una crítica, tan radical como lúcida, del mito y la tradición de lo clásico. Hay una altísima probabilidad de que Goya conociese personalmente a Piranesi y tenemos la seguridad de que vió su obra. A tal efecto, es posible la influencia del italiano sobre el español pues es sabido que Piranesi será objeto de un corto ensayo, escrito por Nodier en 1836, en el que lo cita como el único artista que había dejado influenciar su arte con sus sueños nocturnos. Nodier sostenía que las Carceri o prisiones de Piranesi eran reflejos diurnos de pesadillas obsesivas de encarcelamiento, de aislamiento y de represión. Y creía que Piranesi era sospechoso de haber construido intencionadamente su arquitectura, a semejanza de los laberintos de pesadilla en los que se había visto envuelto en sueños. Lo que nos pone en la pista de un Goya posterior al Goya de la Económica.

En la exposición del 82, junto con las piranesianas vistas romanas y dada la analogía temática, aunque casi medio siglo anteriores, se catalogaron y mostraron los 52 aguafuertes que componen el Cuarto Libro del Nuevo Teatro de los Palacios en perspectiva de la Roma Moderna, grabados por Alessandro Specchi bajo la dirección de Doménico de Rossi, en edición realizada por éste último en su calcografía romana en el año 1699.

Se presentaban dos versiones de Roma, distintas por el tratamiento y la concepción, aunque con el nexo común de la monumentalidad romana de finales del XVII y primera mitad del XVIII. A través de ambas versiones identificamos los invariantes de las distintas arquitecturas romanas: la romana propiamente dicha en los grabados de Piranesi y la renacentista y barroca de Specchi. Con un catálogo común de 80 páginas, profusamente ilustrado con 117 ilustraciones en blanco y negro se exhibieron las antedichas 117 estampas, con un texto y catalogación de Gonzalo de Diego y la colaboración de José Pascual de Quinto.

realGoya

Frontispicio de las Vistas de Roma. Aguafuerte  460 x 674 mm  JB Piranesi


Foto 7
Veduta del Hospicio Apostólico para pobres en San Michele de Ripa.
Aguafuerte, 195 x 323 mm. A. Specchi

Foto 8

Veduta del Palacio de la Curia romana en Monte Citorio.
Aguafuerte, 236 x 372 mm. A. Specchi


Foto 9
Galería de estatuas de Villa Adriana. Aguafuerte, 453 x 578 mm. JB. Piranesi

A este respecto y tratándose de Roma es también emocionante ver, en el erudito cine actual (La Grande Belleza, de Paolo Sorrentino y Umberto Contarello) cómo todavía se conservan hoy en día magníficos vestigios tan excepcionales como el  Acueducto Neroniano que, viniendo de la Porta Maggiore traía el agua al Palatino y que tan soberbiamente graba J.B. Piranesi en la estampa al aguafuerte que conserva la Económica.  Igualmente la arquitectura ilusionista en el juego del trompe l’oeil, -en España trampantojo-, o las  reminiscencias  de  las maravillosas villas de las afueras de Roma que con detalle muestran los aguafuertes de Alessandro Specchi. Como la del príncipe Borghese, fuera de la Porta Pinciana, u otras en el Monte Esquilino o en Frascati.

No hay estampas de Goya en la colección de la Sociedad Económica, puesto que Goya comienza más tarde a grabar al aguafuerte y ni sus colecciones ni estampas sueltas al aguafuerte o litografiadas  entran en la Real Sociedad, ni legadas directamente por el artista, ni por otros benefactores de su fondo artístico y documental.

(Continuará)

Gonzalo de Diego

(*) Catálogo de pinturas y esculturas que posee, y se hallan colocadas en las salas de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de la ciudad de Zaragoza…..en 29 de Abril del año 1828. (publicado en 1926).
(**) Catálogo de las Pinturas y Planos de la Academia de san Luis y Sociedad Económica de Amigos del País de Zaragoza, Zaragoza, M. Peiró, 1842
(***) Actas del “Libro de Actas”, tomo 18, 1793 manuscrito  de la Sociedad Económica Argonesa, aí como las de los años 1799, 1800,1802,1803 y Actas de la Real Academia de las Nobles Artes establecida en Zaragoza con el título de San Luis y relación de los premios que distribuyó el 2 de agosto de 1801.
(****)Goya y sus inicios académicos. Dibujos de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, siglos XVI-XVIII; Palacio de Sástago, Diputación Provincial de Zaragoza, 10 de octubre-15 de diciembre 1996, textos de Arturo Ansón y Ricardo Centellas.

 

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