Son innumerables los artistas que manifiestan lo importante e influyente que Goya es, o ha sido, en su carrera; la gran inspiración que les viene de él; lo mucho que le deben y lo que se identifican con su legado. Esto ocurre inevitablemente con todos aquellos artistas que llegan a Fuendetodos.; un pueblecito situado a 44 kilómetros de Zaragoza, en el que por razones de economía familiar vino a nacer Francisco de Goya, si bien un mes más tarde toda la familia residía nuevamente en Zaragoza.
Así pues, Goya es muy influyente. No hay por qué dudarlo. Si un protagonista dice considerarse heredero, los demás no somos quienes para dudar siquiera de sus intenciones ni de los efectos sobre nadie. ¿Acaso podemos creernos más conocedores de los demás que cada uno en particular de sí mismo y de sus obras?.
Otro asunto distinto, sin embargo, es analizar con mayor o menor profundidad la obra artística de cada quién y comprobar que en efecto exista una relación llamémosla paterno-filial no sólo en la intención, sino también en el resultado final.
Que Picasso se considere heredero de Velázquez queda física y mentalmente probado con su estudio sobre las Meninas. No ofrece duda que la época negra picassiana está, entre otras, en esa onda. Pues, como afirma David Silvester, el Cubismo analítico convirtió a Picasso en un buscador, no un descubridor. Que guste más o menos el resultado al gran público es cuestión aparte; pero influencia la hay y además es manifiesta y analíticamente evidente, también desde el punto de vista creativo.
Hay sin embargo un buen número de artistas que se manifiestan herederos de Goya pero de los que no podemos recordar en sus carreras algún momento de interés creativo. Sí podemos advertir obras “inspiradas” en Goya y su obra, pero que naturalmente no podemos calificar honradamente más que de simples imitaciones de estilo o manera goyesca, o de meras copias hechas con fortuna o con desgracia. Depende.
Y es curioso que la tremenda potencia de Goya no haya conquistado efectos posteriores que mayoritariamente no sean manifestaciones verbales, pero no un arte digno de señalar. Hay, sí, excepciones a la regla. Por ejemplo, yo veo influencia goyesca por el tema de procedencia, -los desastres de la guerra- sobre un Picasso que pinta su Guernica en el que también se pueden encontrar “pinturas negras” goyescas en su interior…..
Copiar es bueno y formativamente interesante….. si se hace bien. Más vale una buena copia que un mal original. Y esto en dibujo, en arquitectura, pintura, escultura y demás artes. De hecho desde la creación de la Academia la copia está considerada como importante en la formación de distintas especialidades artísticas, siendo complemento útil en el programa académico porque tampoco es tan fácil copiar bien. Para al final y tras bien copiar, hacer manierismo del ortodoxo y finalizar con la originalidad de quienes están dotados y lo demuestran. Todos somos herederos de alguien. La parte positiva del asunto está en que ese “alguien” sea pedagogo eficaz y merezca ciertamente la pena como referencia útil. Y que, naturalmente, su enseñanza “caiga” en terreno abonado.
Y sin ánimo de ser exhaustivo aún hay otra consideración interesante, como dice Adrian Stokes: Yo diría, afirma, que el arte moderno, el arte típico de nuestros días es, pongámoslo así, la jerga del arte en su conjunto: su relación con los viejos maestros es análoga a la que tiene el argot con el lenguaje ordinario.
Así lo ven la gran mayoría de los artistas que se acercan a Goya y así lo entienden antes de manifestar la influencia del gran maestro. Cosa que al ciudadano de la calle le resulta extraña, difícil de apreciar y alejada de su realidad. Aunque ni siquiera en el caso de muchos artistas luego ese conocimiento les lleve a producir nada que sea calificable de significativo. Siempre hay excepciones, por supuesto.
Gonzalo de Diego
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