Tras visitar Zaragoza y trabar conocimiento con la realidad goyesca de la ciudad, en 1903 empiezan las visitas de Zuloaga al pueblo y sus indagaciones a propósito de la Casa de Goya, acompañado por José Valenzuela de la Rosa y otros amigos zaragozanos. Lo cierto es que nadie en el pueblo sabe darles razón concreta de la dicha e ignorada casa natal, que identificarán definitivamente en 1913.
Un aspecto de Fuendetodos en 1928
Al mismo tiempo, Zuloaga adelanta dinero para la colocación de la lápida conmemorativa, diseñada y regalada por Dionisio Lasuén.
En 1915 adquiere finalmente la casa y hace construir junto a ella una escuela que inauguran en Octubre de 1917, lo mismo que la casa-museo.
En 1918 edita y paga una cartilla infantil sobre Goya con un texto que encarga a José Valenzuela de la Rosa.
Se le conoce ya como “el que más sabe de Goya”.
Instalan un monumento a Goya en un altozano del pueblo, junto a la iglesia parroquial. Se trata de un busto realizado por Julio Antonio. “Erigen este monumento Ignacio Zuloaga y sus amigos. 19 de octubre de 1920”. Entre los amigos de Zuloaga hay personas interesadas, deleitantes de las Artes, como decía Zapater a su amigo Goya, anticuarios y coleccionistas aragoneses.
El 16 de febrero de 1925 se funda el Sindicato de Iniciativa y Propaganda de Aragón, que en su junta del 15 de marzo del mismo año y bajo la presidencia de don Eloy Chóliz, tomó el acuerdo de contribuir, con todo el esfuerzo que le fuera posible, a la celebración del Primer Centenario de la muerte de D. Francisco de Goya y Lucientes.
Los desvelos de Zuloaga y sus amigos empiezan a surtir los efectos deseados y en la primera reunión de la Comisión Gestora de este Centenario de la que formó parte el SIPA, entre otros importantes acuerdos figuraron los siguientes:
“Realizar en Fuendetodos las siguientes obras: Edificar una Escuela para Niñas; Casa Consistorial y Hospedería; Expropiar unos terrenos y viejas casas con objeto de dar toda la visualidad posible a la casa en que nació el sordo inmortal, y en el solar que resulte, proyectar una plaza en cuyo centro se tratará de colocar la estatua de Goya que se quitó del Museo del Prado, original de Llaneces, suponiendo que se consiga la cesión a Fuendetodos; desviar la Calle de Goya, para que de este modo tenga entrada directa por la Carretera y proceder a su pavimentación.” Salvo la escultura de Llaneces, la plaza hoy existente se parece mucho a la entonces proyectada.
El 8 de marzo de 1926 , reunida en el Rectorado de Zaragoza la Junta del Centenario de Goya, se acordó nombrar un Patronato de la “CASA DE GOYA”, que tendría por finalidad ocuparse de todo lo referente a Fuendetodos y velar por el prestigio y mejoramiento de cuanto con Goya se relacione en aquella localidad. Era D. Ignacio Zuloaga el Vicepresidente del mismo y Secretario el representante del SIPA; Vocales, Alcalde, Cura y Maestro de Fuendetodos. Poco, en lo sustancial, cambió el pueblo y su relación con Goya, excepción hecha de la nueva escuela de Niñas, inaugurada el 14 de septiembre de 1930.
Como relata el arquitecto provincial don Antonio Chóliz en su ponencia en “La Cadiera”, el 23 de octubre de 1981, “de la Casa Consistorial y la Hospedería jamás se supo, al igual que del resto de las propuestas. Porque una cosa es el entusiasmo y el impulso generoso del SIPA, de los Artistas de Zaragoza, de la Universidad, de la Asociación de Arquitectos y de la Asociación de la Prensa….” del ruralismo, del amor a los pueblos, del apoyo moral a Goya y Fuendetodos que le debe Zaragoza y Aragón, y otra muy distinta la realidad. Y a mayor abundamiento “fue una injusticia imperdonable en la forma que se trató a Fuendetodos en la liquidación de aquella fatídica Junta del Centenario, que en vez de premiar sus anhelos de redención, le castigó con crueldad por no doblegarse a bajezas que le repugnaban”. Pero corramos un velo de obligado olvido y veamos con optimismo lo poco o mucho que posteriormente se ha ido haciendo hasta hoy mismo.
“Expoliada la casa de Goya durante la guerra civil, una vez restablecida la paz, el SIPA logró fácilmente de los vecinos de Fuendetodos el que cedieran, graciosamente, enseres y mobiliario que sustituyese al desaparecido del primer acondicionamiento realizado por Ignacio Zuloaga”.
La historia desde entonces está mucho mejor conocida y ya sin la aportación de su transformador, de su mejor activista, de ese enorme luchador que fue don Ignacio Zuloaga, a quien Fuendetodos y Aragón le deben todo el respeto, el reconocimiento, la admiración y el amor que merece. Goya y Zuloaga se hicieron a sí mismos y ellos solos, o casi, forjaron sus respectivas personalidades que muchos aragoneses supieron reconocer y admirar. También en vida sufrieron el vacío de las autoridades y de quienes, pudiendo hacer y ser positivos, no quisieron. Dejó abierto el camino que entre todos deberíamos seguir trazando, por el bien de Goya y de nosotros mismos. Han transcurrido ya 189 años desde la muerte de Goya y seguimos teniendo la gran suerte de que nos quepa la esperanza de que otros vendrán algún día y Fuendetodos llegará a alcanzar el sueño de Ignacio Zuloaga y de quienes con él y con su espíritu han colaborado, entonces y ahora.
Gonzalo de Diego
Javier García Pérez-Llantada
Uno de los amigos aragoneses de Zuloaga era Javier García Julián (en la fotografía que se hicieron junto a l monumento a Goya es el que lleva un sombrero de paja.
Era tio abuelo mío.